La innovación social suele contemplar una inversión de impacto positivo en la comunidad.
Innovación social es un concepto que alude a formas novedosas de administración, gestión o ejecución que contribuyen a resolver o mitigar una problemática social. Se trata de estrategias o ideas que pueden mejorar la calidad de vida de la población.
Cabe destacar que la idea de innovación refiere a la introducción de cambios para lograr un progreso, una renovación o un perfeccionamiento de algo. Social, en tanto, es aquello vinculado a la sociedad: el conjunto de individuos que habitan en un cierto territorio y organizan su convivencia en base a reglas en común.
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ResumenCaracterísticas de la innovación social
La noción de innovación social refiere a una solución creativa a un problema ambiental, económico o de otra índole que afecta a una comunidad. Debe considerarse, de todos modos, que no existe una definición inequívoca, sino que hay varios enfoques diferentes sobre la cuestión.
En ocasiones se la asocia al emprendimiento social: la aplicación de técnicas o metodologías de los negocios para lograr una meta de interés social. Sin embargo, hay analistas que destacan que el impacto social positivo puede lograrse por otras vías. Responsabilidad social corporativa (RSC), economía solidaria y finanzas éticas son otros conceptos relacionados de alguna forma con la innovación social.
Se entiende que una innovación social aporta un valor al conjunto de la sociedad. Establece nuevos vínculos de colaboración y consigue satisfacer una demanda o un requerimiento colectivo.
En otras palabras, se considera que la innovación social es una nueva manera de afrontar un desafío comunitario mediante prácticas o procedimientos que resultan más eficientes o efectivos.
La reducción de la pobreza es uno de los objetivos habituales de la innovación social.
Su desarrollo
La innovación social surge como un camino alternativo que siguen los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, las empresas y la sociedad civil en general para dar respuesta a necesidades que no han podido ser cubiertas apelando a los modelos tradicionales. Su puesta en marcha requiere del compromiso y la participación ciudadana activa, tanto para identificar la problemática como para proponer posibles alternativas de resolución.
El inicio de la innovación social, por lo tanto, se vincula a la colaboración para responder a un reto social y propiciar el desarrollo comunitario. El trabajo articulado entre distintos actores y la creatividad hacen posible el avance.
Es clave que la innovación social se lleve a cabo mediante proyectos estructurales e interdisciplinarios. Estos emprendimientos deben ser sostenibles (para la resolución de problemáticas de fondo sin agotar los recursos existentes y respetando la conservación del medio ambiente), transversales (con la intervención de diferentes sectores) y replicables (tienen que poder reproducirse, en la escala adecuada, en distintos lugares).
En cuanto a su impulso, se considera que se requiere de la cooperación entre distintos sectores y especialidades. Es habitual que actualmente los emprendedores e incluso las empresas privadas aspiren a generar algo más que servicios y productos para obtener rentabilidad: también pretenden generar un aporte a la comunidad. En este sentido, la formación permanente y la especialización son factores que contribuyen a la innovación social.
Puede decirse que alguien que dispone de habilidades y conocimientos técnicos, además de voluntad de colaborar con su entorno, cuenta con los recursos necesarios para lograr una innovación social.
La innovación social puede consistir en el uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) para el desarrollo comunitario.
Ejemplos de innovación social
Como ya indicamos, toda solución original que respeta criterios de sustentabilidad y mejora las condiciones de vida de la gente puede considerarse una innovación social. La aportación puede ser a la inclusión social, la educación inclusiva, el empoderamiento de las mujeres, el acceso al agua potable o la protección de los derechos humanos en general, por mencionar algunas posibilidades.
Un ejemplo de innovación social que se menciona con frecuencia es la Fundación Ana Bella para la Ayuda a Mujeres Maltratadas. Se trata de una iniciativa que puso en marcha hace más de dos décadas la española Ana Bella, quien sufrió el maltrato del padre de sus hijos durante once años.
Luego de salir un hogar para mujeres golpeadas en 2002, y consciente de que apenas 1 de cada 5 españolas maltratadas acceden a ayuda, comenzó a contar su historia de vida para mostrarles a las víctimas que hay una salida. Así empezó a ser contactada por mujeres que pasaron por su misma situación, empezó a forjar una red y en 2006 fundó la institución que lleva su nombre.
La innovación social de la Fundación Ana Bella radica en las diversas herramientas que puso en marcha para visibilizar la problemática de la violencia de género y asistir a las víctimas. Hoy su red cuenta con 28.000 mujeres supervivientes comprometidas con la lucha por la igualdad en 88 países. Su labor incluye la formación de agentes de cambio, la generación de oportunidades de empleo y la difusión de testimonios positivos en medios de comunicación.
Otro ejemplo de innovación social es Atomic Lab. Se trata de un emprendimiento del inventor argentino Gino Tubaro que entrega prótesis gratuitas para brazos y manos empleando impresoras 3D.
Gracias a los diseños de las prótesis, Atomic Lab convierte a las personas con una discapacidad en «superhéroes». El taller de Atomic Lab presenta 15 impresoras 3D y además cuenta con los materiales y los insumos necesarios para transformar los modelos digitales en objetos físicos.
La marca uruguaya de ropa Calmo también es un ejemplo de innovación social. Con la intención de colaborar con la conservación de técnicas tradicionales, trabaja con artesanos bajo la premisa de producción lenta: colecciones cápsula hechas con materiales naturales obtenidos sin maltrato animal y apelando a procesos sustentables.
Calmo también funciona bajo el principio de mínimo desperdicio, recurriendo a formas geométricas para reducir el desperdicio en el corte de telas. Asimismo, apuesta por prendas de calidad elevada que duren muchas temporadas para evitar el reemplazo continuo con su consecuente impacto en el medio ambiente.
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