El concepto de insidioso se utiliza para calificar a aquello que se realiza con artificios o engaños, o que sirve para generar ardides dañinos. El término, procedente del vocablo latino insidiōsus, también se emplea para aludir a lo pernicioso o nocivo que se enmascara detrás de una apariencia inofensiva.
Por ejemplo: «El jugador le envío un insidioso mensaje a su compañero de equipo», «Un periodista insidioso logró generar un enfrentamiento entre los integrantes del elenco», «Una campaña insidiosa provocó la caída de la imagen del presidente».
Supongamos que, en una conferencia de prensa, el director técnico de un equipo de fútbol que cayó derrotado afirma que el conjunto no tuvo un buen nivel y que aún falta tiempo para que los jugadores asimilen la idea que él pretende plasmar en el campo de juego. Minutos después, un reportero le dice a un futbolista que el DT afirmó que los jugadores no tienen buen nivel y que no logran entender sus ideas. Así, al tergiversar las palabras del técnico, el periodista busca generar una polémica. Por eso puede sostenerse que el comentario que le realizó al jugador fue insidioso.
En el ámbito de la medicina, por otra parte, se nombra como insidioso a un trastorno o una enfermedad que en principio tiene apariencia benigna pero que, en realidad, oculta un cuadro de mayor gravedad. Las enfermedades insidiosas se inician de manera lenta, sin síntomas evidentes, por lo cual el paciente no es consciente del cuadro que padece.
El basalioma, por ejemplo, tiene un comienzo insidioso: primero aparecen nódulos de pequeño tamaño, aunque luego incrementan su volumen. Se trata del tumor cutáneo más frecuente.
Una enfermedad que posee un comienzo insidioso y lento es la de Alzheimer. Se trata de una de las peores condiciones que puede padecer una persona en su ancianidad, ya que acarrea la degeneración de su cerebro, llevándolo de manera progresiva a un estado de demencia hasta que finalmente le provoca la muerte. Aún no se conoce una forma de revertir la enfermedad de Alzheimer.
Existen ciertas enfermedades que pueden aparecer de manera insidiosa o aguda. Tal es el caso de la sarcoidosis. Se trata de un trastorno que se caracteriza por el desarrollo de granulomas (acumulaciones de células inflamatorias) en cualquier región del organismo, aunque por lo general aparecen en los ganglios linfáticos y en los pulmones.
Otras de las partes del cuerpo en las cuales suele tener lugar el desarrollo de la sarcoidosis son órganos tales como el corazón, la piel y los ojos. Cuando la sarcoidosis se presenta en forma aguda, el período de deterioro es muy corto: en cuestión de unas semanas, el individuo exhibe problemas en el o los órganos donde se estén produciendo las acumulaciones de células.
Sin embargo, si la sarcoidosis aparece de forma insidiosa, entonces el tiempo que transcurre entre el comienzo y la presencia de síntomas fáciles de percibir puede llegar a medirse en años. La forma aguda es más posible de curar, mientras que la insidiosa suele volverse crónica.
Dado que la palabra insidioso no es de uso muy frecuente en el habla cotidiana, resulta necesario recurrir a sus sinónimos para dar con ejemplos más fáciles de entender. Entre los más usados se encuentran los siguientes: engañoso, traidor, alarmista, embustero, astuto, intrigante, malintencionado y capcioso. En el extremo opuesto tenemos los antónimos sincero y franco.
Como podemos apreciar, todos los sinónimos tienen connotaciones negativas con respecto a las intenciones del sujeto hacia un tercero: el individuo insidioso tiene malas intenciones, no cumple su palabra, persigue el engaño con astucia, genera intriga y siempre tiene un discurso confuso. En pocas palabras, es el perfil opuesto de una persona honrada.
