La inteligencia competitiva contribuye a la gestión estratégica.
La inteligencia competitiva es la destreza que hace posible la recopilación, el análisis y el uso de información para obtener una ventaja respecto a los competidores. Se trata de la aptitud que permite desarrollar una comprensión profunda del mercado, lo cual contribuye a detectar las oportunidades y los riesgos existentes.
Cabe destacar que la idea de inteligencia alude a la capacidad de resolución de problemas o de entendimiento. Competitivo, en tanto, es un adjetivo que puede aludir a aquel o aquello que está preparado o es apto para competir: rivalizar, pugnar o contender.
Puede decirse que la inteligencia competitiva es la pericia para relacionar la información procedente de la investigación de mercados con las decisiones corporativas. Es decir, consiste en aprovechar los conocimientos generados para lograr ventajas competitivas.
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ResumenImportancia de la inteligencia competitiva
La inteligencia competitiva se basa en la búsqueda y el procesamiento de información. Si bien se centra en los datos de los competidores, también estudia a los clientes y examina distintas variables del mercado. Ese panorama integral sirve para anticipar posibles eventos y elaborar una estrategia competitiva que ayude a ubicar a la empresa en una posición favorable.
De este modo, la aplicación de la inteligencia competitiva deriva en un aprendizaje de los competidores, contribuye a reconocer las modificaciones que se producen en el mercado con el tiempo y propicia un mejoramiento de la competitividad. El benchmarking (estudios de competencia), el análisis SWOT (fortalezas, debilidades, oportunidades, amenazas), el monitoreo de medios y las encuestas de opinión son algunas de las herramientas que suelen emplearse.
Los expertos también subrayan que la inteligencia competitiva es útil para tomar decisiones vinculadas a alianzas estratégicas, fusiones y adquisiciones. Así la compañía puede crecer y afrontar distintos desafíos con mayores posibilidades de éxito.
La inteligencia competitiva permite realizar un análisis de tendencias.
El ciclo
El autor y consultor Fouad Benyoub sostiene que existe un ciclo de inteligencia competitiva que consta de seis etapas:
- Definición de las necesidades: La compañía debe establecer qué conocimientos son los que necesita para avanzar con su planificación estratégica y alcanzar sus objetivos.
- Obtención de los datos: Es clave acudir a fuentes confiables para recolectar los datos adecuados. El análisis de redes sociales, los grupos focales y las entrevistas con expertos son algunas de las opciones.
- Análisis de los datos: Las herramientas de análisis de datos son claves para el procesamiento que posibilita generar conocimientos. Los datos deben limpiarse y clasificarse para el reconocimiento de patrones.
- Comunicación de los resultados: Implica la transmisión de la información a las áreas y las personas indicadas.
- Toma de decisiones: En esta fase se realizan las acciones sugeridas en base a los conocimientos y en virtud de la inteligencia competitiva.
- Evaluación: Consiste en examinar los resultados de lo ejecutado, considerando la retroalimentación (feedback) para optimizar los procedimientos.
La inteligencia artificial para trabajar con big data puede ayudar a la inteligencia competitiva.
Tipos de inteligencia competitiva
Es posible diferenciar entre varios tipos de inteligencia competitiva. Una de las clasificaciones habituales distingue entre la inteligencia competitiva táctica y la inteligencia competitiva estratégica.
La inteligencia competitiva táctica se aplica en procedimientos a corto plazo, cuyos resultados pueden evaluarse en un periodo trimestral (como las medidas que apuntan a lograr un incremento de las ganancias). La inteligencia competitiva estratégica, por su parte, se orienta al largo plazo: estrategias para actuar ante la crisis ambiental, adaptación a cambios tecnológicos, etc.
También se puede clasificar la inteligencia competitiva de acuerdo a su marco de aplicación. La inteligencia de mercado, como su nombre lo indica, permite recolectar información sobre el mercado donde opera la compañía. Así se puede conocer la posición propia, examinar a los competidores y evaluar una posible expansión a otras regiones.
La inteligencia de ventas son aquellos recursos que contribuyen al trabajo de los vendedores. Se vincula a cómo se gestionan los contactos, se generan leads, etc. La inteligencia de innovación, por su parte, se asocia a la búsqueda de nuevas metodologías y herramientas.
La inteligencia de producto, la inteligencia económica y la inteligencia geopolítica son otras clases de inteligencia competitiva.
Errores frecuentes
El desarrollo de la inteligencia competitiva no está exento de posibles errores. Ciertas fallas, de hecho, son habituales y atentan contra el cumplimiento de los objetivos.
Un problema frecuente es no corroborar la validez de las fuentes, que pueden ser desde redes sociales hasta consumidores o proveedores, pasando por sitios web y comunicados de prensa. Una toma de decisiones basada en datos requiere de una gestión del conocimiento apropiada, con lo cual las fuentes deben ser creíbles. Los datos, asimismo, tienen que actualizarse con frecuencia para no perder valor.
La simplificación y la generalización son otras equivocaciones recurrentes. Para transformar los datos en información y en conocimiento, es indispensable que el procesamiento y el análisis arrojen resultados acertados para que las conclusiones sean válidas y acordes a la realidad.
La ética en la inteligencia competitiva, asimismo, es otro factor importante. El afán de recabar los datos no avala recurrir al espionaje corporativo ni a otras prácticas inapropiadas.
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