El vocablo latino interdictio llegó al castellano como interdicción. El término alude al acto y el resultado de interdecir: prohibir, impedir.
Para el derecho
El concepto de interdicción suele referirse a la privación de un derecho por orden judicial. Mediante la interdicción establecida por una autoridad competente, al individuo se le niega parcial o totalmente el ejercicio del derecho.
En ocasiones, la interdicción es el resultado automático de una condena penal. En este caso se habla de interdicción legal y no demanda ningún procedimiento más que la aplicación de la pena fijada por la ley.
Interdicción judicial
La interdicción judicial, en tanto, es decretada por un juez cuando una persona padece una deficiencia intelectual de gravedad que le impide valerse por sí misma. Este tipo de interdicción se vincula a la protección del sujeto.
Cuando alguien es declarado incapaz de ciertos actos civiles a través de una interdicción judicial, se le quita la administración de sus bienes y de su propio ser. La justificación es el cuidado de los intereses del individuo.
En lingüística
La idea de interdicción lingüística, por otra parte, refiere a un freno o un obstáculo de tipo psicológico para emplear determinadas palabras que se consideran tabúes. Como esos términos resultan incorrectos a nivel social o generan una asociación mental negativa, se reemplazan por eufemismos o se busca una atenuación.
La interdicción lingüística se relaciona a una estigmatización de construcciones o formas del vocabulario. Utilizar el tabú, en este marco, afecta el prestigio, con lo cual la interdicción funciona como un mecanismo de defensa para no sufrir los efectos de la violación de la norma.
Este concepto se enmarca en el ámbito de la sociolingüística, la disciplina encargada de los aspectos sociales que se relacionan con el uso de la lengua, tales como el contexto en el que se mueven las personas, y las normas impuestas por la cultura a la que pertenecen. Volviendo al tema del prestigio, el problema es que aquellos individuos que optan por usar el tabú serán considerados «marginales», menos educados o incluso de una inteligencia inferior a la aceptada.
El grado en el que las normas sociales influyen en nuestra vida es realmente considerable. Por ejemplo, nos llevan a creer que los hombres y las mujeres son prácticamente opuestos, como si la naturaleza así lo hubiera determinado, aunque en realidad estas diferencias hayan surgido tras siglos de sometimiento a las reglas. En el caso de la interdicción lingüística, se cree que la mujer se cuida mucho más que el hombre de usar el tabú, y que el hombre reafirma su virilidad al usarlo.
Interdicción aérea
La utilización de aeronaves a modo de plataformas de lanzamientos en el aire con el objetivo de atacar de manera táctica cuando el enemigo se encuentra fuera del campo de visión se conoce con el nombre de interdicción aérea. Es importante no confundirlo con el apoyo aéreo cercano, ya que no se coordina con unidades terrestres ni apoya las operaciones de forma directa.
Este tipo de interdicción no es una misión independiente: su objetivo principal es apoyar las operaciones terrestres propias, y no tanto vencer al enemigo únicamente por medios aéreos. Antes de continuar, debemos señalar que en este ámbito el término interdicción también está relacionado con el significado expuesto más arriba, ya que denota la capacidad para conseguir que un tercero quede inhabilitado.
Las primeras evidencias de la interdicción aérea se remontan a la Primera Guerra Mundial, y lo han usado las fuerzas aéreas de casi todos los países. En aquel entonces, la meta era ametrallar y bombardear las líneas de suministro opuestas para conseguir que se aislara el campo de batalla.