El término intríngulis se emplea en el lenguaje coloquial y tiene dos grandes acepciones, de acuerdo a lo indicado por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario. El concepto puede aludir a un inconveniente o conflicto que surge en algo o a un propósito o motivo enmascarado que se vislumbra en una acción o en un individuo.
Por ejemplo: “La elección del sistema a utilizar tiene su intríngulis: es importante analizar cada opción antes de tomar una decisión”, “En su nuevo libro, el periodista analiza los intríngulis del partido gobernante”, “El empresario no sabe cómo salir del intríngulis legal en el cual está metido por culpa de su socio”.
Es importante tener en cuenta que intríngulis es una palabra de género masculino: debe decirse “el intríngulis” y no “la intríngulis”. Sin embargo, es habitual que muchos la utilicen en femenino, e incluso que dicho error aparezca en los medios de comunicación.
Por otra parte, cabe destacar que intríngulis no varía en plural ya que se trata de una palabra esdrújula que finaliza con S. De este modo, tiene que hablarse de “los intríngulis”, “unos intríngulis”, etc.
Un intríngulis puede ser una dificultad que plantea un interrogante. Ante el intríngulis, la persona no sabe cómo actuar o qué decisión tomar, ya que tiene dudas al respecto.
Tomemos el caso de los padres de una niña que desean comprarle un regalo por su cumpleaños número 3. En un primer momento, pensaban obsequiarle un juego para cocinar. Sin embargo, luego de leer en periódicos y ver en TV informes sobre los juguetes sexistas y los estereotipos, sienten que tal vez no sea el presente más adecuado. Estos padres, por lo tanto, están ante un intríngulis debido a que no resuelven si seguir con la tradición y los mandatos culturales (que asocian a las niñas con la cocina) o si, por el contrario, seleccionar otra alternativa que no esté dirigida a un género en específico.
La palabra intríngulis no es muy común en el habla cotidiana de la actualidad; sin embargo, sí formaba parte del vocabulario común de nuestros antepasados, y por eso es normal oírla de boca de los abuelos y bisabuelos, o de algunos maestros. Entre sus varios sinónimos, por otro lado, podemos encontrar algunos que parecen más accesibles a nuestro lenguaje de hoy en día; veamos una breve lista a continuación: tejemaneje, intriga, maniobra, obstáculo, dificultad, busilis e incógnita.
En los ejemplos que hemos presentado hasta el momento se advierten situaciones donde el sujeto se siente confundido ante una serie de opciones, probablemente porque no contemplaba su existencia. Es importante estudiar los matices de este concepto para diferenciarlo de una mera disyuntiva, de una alternativa entre dos caminos posibles, donde una de ellas debe imponerse necesariamente. El intríngulis nos sorprende mientras que la disyuntiva puede ser predecible.
Los padres que pensaban comprarle el juego de cocina a la hija, por ejemplo, sabemos que no habían contemplado otra posibilidad hasta que se informaron en los medios de comunicación acerca de las ideas modernas respecto a la crianza y el género; no es lo mismo que una situación en la cual una persona se encuentra en una juguetería frente a dos productos y se toma unos minutos para escoger el que prefiere.
Por esta razón es que entre sus sinónimos encontramos términos como obstáculo o incógnita, mucho más fuertes que alternativa. Se trata de algo que nos impide avanzar y que nos parece difícil de descifrar, porque no contamos con todas las herramientas para hacerlo, ya que la solución depende de más cosas que nuestros gustos personales. Dicho todo esto, en nuestra vida atravesamos muchos intríngulis.
