El concepto de kaizen se forma a partir de dos ideogramas japoneses: kai (que puede traducirse como «cambio») y zen («beneficioso»). Se trata de una noción utilizada en el ámbito corporativo que alude a un proceso de mejora continua a partir de acciones concretas.
El kaizen aparece como un método de gestión que involucra a la totalidad de los integrantes de una organización, desde los trabajadores de menor jerarquía hasta los directivos. Esta herramienta apunta a optimizar la competitividad y la productividad de la empresa mediante pequeños pasos.
La filosofía del método kaizen se basa en el trabajo en equipo y en los cambios inmediatos. Los diversos estamentos de la entidad deben estar alineados detrás del mismo objetivo y tienen que estar dispuestos a establecer las modificaciones en el momento, ya que son acciones simples, concretas y poco costosas.
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto tampoco que el citado método kaizen se sustenta en cinco pasos o fases, que también son conocidos como las cinco S:
-Seire, que puede traducirse como «organización». Es decir, hay que apostar por el orden y la organización: cada cosa debe estar en su lugar.
-Seiton, que es equivalente a «reducir búsquedas».
-Seiso, que es sinónimo de «limpieza». Viene a indicar que cuando todo está limpio y en orden se facilitan de forma notable los procedimientos.
-Soiketsu, que significa «estandarización y simplificación de los procesos». Con este paso lo que se intenta fomentar es el mantenimiento del orden, de la organización y de la limpieza no solo de las instalaciones sino también de las personas en cuestión.
-Shitsuke, que es equivalente a «disciplina y buenos hábitos de trabajo». Con esto lo que se viene a indicar, de forma fundamental, es que se hace imprescindible que se respeten tanto a las personas como a las normas que existan.
Es importante subrayar que el kaizen considera al tiempo como un recurso estratégico y escaso que no debe desperdiciarse. Este recurso es valioso para todas las empresas, más allá de su tamaño. Por eso, para un proceso de mejora continua, es esencial controlar el tiempo con precisión para sacarle el máximo provecho posible.
Para plasmar los principios del kaizen, es imprescindible desarrollar la capacidad de análisis, fomentar la motivación y evaluar el resultado de las decisiones. La idea es que el kaizen se convierta en una filosofía de trabajo e incluso de vida adoptada por todos los miembros que integran la estructura.
Para que se pueda conseguir el éxito del método kaizen que nos ocupa en una empresa en cuestión se hace imprescindible no solo fomentar el trabajo en equipo sino también que exista un liderazgo gerencial, es decir, desde arriba. Asimismo, se hace necesario que se entrene, que exista un pensamiento claramente innovador, que haya un control del citado trabajo en equipo y, por supuesto, que se promuevan, compartan y destaquen los éxitos que se van logrando.
Con el kaizen, en definitiva, la ejecución continua y sistemática de mejoras ayuda a eliminar los defectos y las falencias. La premisa es que, cuanto más sencillo y simple, mejor.