La noción de limnología hace referencia a la disciplina científica que se dedica a realizar investigaciones sobre las lagunas y los lagos. También se llama limnología a la especialización de la biología centrada las aguas dulces.
La limnología, en este marco, estudia cómo interactúan los seres acuáticos con el ambiente. En un sentido amplio, analiza todos los ecosistemas acuáticos continentales, incluyendo a los ríos y a las aguas subterráneas.
Debido a la relevancia de las aguas continentales para la subsistencia del ser humano, la limnología tiene una gran trascendencia. Sus aportes contribuyen a la preservación y la gestión de estos recursos.
Considerada como un área de la ecología, en la limnología confluyen conocimientos de química, física, biología, ingeniería civil, matemática, sociología, arquitectura del paisaje, estadística, ingeniería ambiental y otras ciencias. En otras palabras, es una disciplina multidisciplinaria. Los expertos trabajan para identificar a los organismos que viven en estos entornos acuáticos y conocer sus características e interacciones.
Los profesionales de limnología, de este modo, desarrollan tareas de campo y procesan los datos obtenidos. Además llevan a cabo acciones en laboratorios para desarrollar experimentos y análisis que contribuyan al entendimiento de los ambientes que estudian. Hasta el año 1922, la Asociación Internacional de Limnología incluía en sus estudios las aguas epicontinentales, masas saladas de grandes dimensiones pero poco profundas.
Los conocimientos generados por la limnología permiten diagnosticar problemas que afectan a los ecosistemas acuáticos continentales (como la contaminación o el avance de especies invasoras). Incluso son esenciales para la planificación y la ejecución de sus soluciones.
Hasta el momento hemos mencionado la mayoría de los ecosistemas acuáticos continentales de interés para la limnología, sin embargo no hemos ofrecido una descripción de cada uno. Comencemos por el lago, un cuerpo de agua de grandes dimensiones que no está unido al mar. Suele ser dulce. Recibe el agua de las lluvias, de las capas subterráneas y de los ríos.
La formación de los lagos tiene lugar en depresiones que surgen por varios procesos de la geología, entre los que destacan los movimientos de masa, los tectónicos, la acción de los glaciares, la formación de barras y la actividad volcánica, aunque también puede darse por el choque de un meteorito en la superficie de la Tierra. Claro que el ser humano puede crear lagos de manera artificial, construyendo una presa.
La laguna, por otro lado, es un depósito de tipo natural, que también suele ser dulce pero sus dimensiones son menores, en particular su profundidad. Si una barrera las separa del mar se las conoce por el nombre de lagunas costeras. Si, en cambio, nada los separa, se habla de albuferas. Su formación puede tener lugar de manera similar a la de los lagos.
También debemos mencionar los ríos, corrientes naturales de cauce continuo y desembocadura en otro río, un lago, el mar o incluso en desiertos, donde el agua se infiltra y se evapora. Su caudal no suele ser constante. Entre los ríos más importantes del mundo se encuentran el Amazonas, el Nilo, el Orinoco, el Misisipi-Misuri y el Guadalquivir.
La limnología también estudia las charcas (también conocidas con el término masculino charcos), los cuales suelen definirse a partir de un arroyo o una quebrada. A diferencia de un río o un lago, no se trata de un ecosistema imponente; por el contrario, dado que dimensiones no son para nada considerables, las suelen encontrar los exploradores «por casualidad».
Existen, a nivel mundial, diversas instituciones que reúnen a los especialistas en limnología. Una de ellas es la Asociación Argentina de Limnología, conocida por su sigla AAL, que fue fundada en 1984 y desde entonces se dedica a editar boletines informativos y organizar reuniones, talleres y otros eventos.