El abandono y el tiempo han dejado la casa maltrecha
El adjetivo maltrecho alude a algo estropeado o maltratado. Lo maltrecho no está en buenas condiciones, sino todo lo contrario.
TemasAlgunos ejemplos
Por ejemplo: “El tenista analiza retirarse de la actividad profesional debido a su maltrecho codo izquierdo”, “Ayer pasé por la puerta de la casa de mi infancia y me decepcioné al encontrarla abandonada y maltrecha”, “El muchacho puso su ropa en un bolso maltrecho y se marchó del hostal”.
Nos encontramos ante tres ejemplos diferentes, que nos presentan situaciones a las cuales el adjetivo maltrecho puede aportar varios matices. Comencemos por el caso del tenista: probablemente por un accidente o por un uso excesivo y poco regulado, su codo izquierdo no está en buenas condiciones, no le permite mantener el nivel de juego que se espera de él. En este caso, no hay una connotación ofensiva, sino descriptiva con una carga de frustración.
La casa de la infancia del segundo ejemplo es probable que se encuentre cubierta de plantas, con la consiguiente acumulación de humedad. Al verla, el emisor siente una mezcla de emociones porque la encuentra en un estado de deterioro que mancha sus recuerdos felices. El bolso, por último, se ve maltrecho porque su dueño no tiene dinero para comprar otro, y lo ha usado durante demasiado tiempo.
Usos del término
El término maltrecho se usa en diferentes contextos. Puede hacer referencia a un objeto; a un elemento simbólico, abstracto o inmaterial; a una parte del cuerpo; o incluso a una persona u otro ser vivo.
Como sucede con muchos otros adjetivos que pueden aplicarse a sustantivos de diferentes tipos, hablar de maltrecho para calificar un objeto no tiene el mismo peso o carácter que cuando adjetiva una situación, un concepto abstracto o a un ser vivo. En cada uno de estos casos hay un grado diferente de objetividad.
Un bien material que por diferentes motivos haya quedado en un estado de considerable deterioro seguramente pueda calificarse de maltrecho de manera casi unánime: no mucha gente diría que una casa en ruinas se encuentra en perfectas condiciones o que es habitable. Sin embargo, si en la casa vive alguien, no deberíamos hacer esta afirmación, ya que podríamos herir sus sentimientos y, quizás, nuestra subjetividad nuble nuestra percepción.
Algo similar ocurre al hablar de una persona: a menos que tengamos mucha confianza con ella y que detrás de nuestro comentario exista el deseo genuino de ayudarla a mejorar, no resulta para nada amable (o incluso educado) usar este adjetivo para describirla. De hecho, si no pensamos echarle una mano, nuestras palabras realmente no servirían de nada, más que para saciar nuestro egoísmo de decir algo hiriente.
Situaciones que ameritan su uso
Supongamos que alguien descubre un cuadro en la basura. Se trata de una pintura cuyo lienzo presenta agujeros y manchas, pero que no impiden apreciar el dibujo original. Se puede decir, de este modo, que el cuadro en cuestión está maltrecho.
Un sillón en muy mal estado, maltrecho
Diversos motivos, por otra parte, pueden hacer que la economía de una región quede o esté maltrecha. Una sequía que afecta a la actividad agrícola y el cierre de las importaciones del principal comprador internacional son factores capaces de atentar contra el desarrollo económico de una nación.
Si un futbolista se rompe el tendón de Aquiles en tres oportunidades, en tanto, puede afirmarse que tiene maltrecho dicho órgano. Más allá de la recuperación de cada lesión, el tendón ya arrastra muchos inconvenientes.
Por último, un joven que se pasa toda la noche de fiesta, bailando y bebiendo alcohol en exceso, seguramente quedará maltrecho. Hasta que no descanse correctamente y elimine el alcohol de su organismo, no estará en óptimo estado físico.
