La noción de máximo, que proviene del vocablo latino maxĭmus, puede usarse como adjetivo o como sustantivo. El término alude a lo más importante, grande o intenso de su especie, o al límite superior que puede alcanzar un elemento.
Por ejemplo: «Conquistar la Copa del Mundo es el logro máximo de cualquier futbolista», «El precio del dólar alcanzó ayer su máximo histórico en el país, ya que la divisa estadounidense cotizó a 45,20 pesos», «Me esforcé al máximo pero no logré cumplir el objetivo».
La idea de máximo puede referirse a un tope: no hay nada superior o más arriba. Tomemos el caso de un sistema de evaluación que contempla un puntaje del 1 al 10. Esto quiere decir que 10 es el puntaje máximo que se puede obtener. Resulta imposible, por lo tanto, que alguien logre 11 puntos.
Si la temperatura máxima que se registró en una ciudad es de 49 ºC, nunca se superó dicha marca en la localidad en cuestión. Este máximo, de todos modos, podría superarse, aunque hasta el momento eso nunca ha ocurrido.
Supongamos que, para un cierto delito, la legislación contempla una pena de entre cinco y diez años de prisión. En este marco, diez años de reclusión es el castigo máximo o la pena máxima que se le puede aplicar a un condenado.
Como podemos apreciar en los ejemplos anteriores, el concepto de máximo no siempre tiene un carácter exacto, sino que muchas veces se usa con un cierto grado de subjetividad. De hecho, incluso cuando creemos ser objetivos al calificar un sustantivo con este adjetivo podemos incurrir en un error simplemente por desconocer la existencia de una alternativa superior.
Cuando decimos que una determinada hazaña es «el logro máximo», como en la oración acerca de la Copa del Mundo, no deja de ser cierto en el momento del discurso, pero el propio emisor puede descubrir un tiempo después que hay otras metas más grandes para él, que tarde o temprano podría considerar por encima de ésta.
Algo similar sucede en un caso como el de la persona que considera «haberse esforzado al máximo»: si bien ella está convencida de haber dedicado toda su energía a su objetivo, es probable que hubiera podido hacer algo diferente para obtener mejores resultados, es decir, que su hubiera esforzado incluso un poco más.
En un ejemplo como el de la temperatura máxima que se ha registrado en un lugar determinado, sí podemos decir que no hay dudas acerca de la veracidad de esta afirmación, siempre que sea posible cotejar todos y cada uno de los valores desde el primer registro hasta el más reciente. En este caso, usamos la comparación matemática entre números, una tarea en la que no podemos equivocarnos. Sin embargo, si una o más de las mediciones registradas no fue precisa, quizás la afirmación sea falsa simplemente por este error inadvertido, aunque el emisor esté hablando con total sinceridad.
El máximo común divisor, por otra parte, refiere al mayor número entero que puede dividir dos o más cantidades sin dejar resto. El máximo común divisor de 40 y de 60, siguiendo este razonamiento, es 20.
Existen distintos procedimientos que podemos seguir para encontrar el máximo común divisor entre dos o más números, aunque en ciertos casos muy sencillos basta con pensar durante unos segundos, en especial para las personas con un cierto grado de entrenamiento en el campo de las matemáticas.
Por otro lado y de forma complementaria, el mínimo común múltiplo es el número más próximo a dos o más luego de haberlos multiplicado por otros. Por ejemplo, en el caso de 5, 8 y 10, el mínimo común múltiplo es 80, que resulta de multiplicar 5 x 16, 8 x 10 y 10 x 8.
Máximo, por último, es un nombre masculino: Máximo Paz, Máximo Gorki, Máximo Tajes, etc.
