El árabe clásico maṭmūrah, que puede traducirse como “silo”, llegó al árabe hispánico como maṭmúra. Ese es el antecedente etimológico inmediato de mazmorra, un término de nuestra lengua que alude a un calabozo subterráneo.
Las mazmorras, por lo tanto, se ubicaban en sitios de difícil acceso, lo cual incrementaba la complejidad de un eventual escape. Por lo general se construían debajo de una fortaleza o de un castillo.
La localización física de la mazmorra, por otra parte, hacía que se tratara de un lugar oscuro y lúgubre. Aquel que era encerrado en una mazmorra sufría grandes tormentos además de la privación de su libertad.
Era habitual que una mazmorra contara con un sistema de galerías y pasillos para conectar las diferentes celdas. En algunos casos, se dejaban en estas prisiones los restos de los condenados que morían allí; de este modo los reclusos convivían con los huesos de los fallecidos.
Se denomina juego de mazmorras, por otra parte, a una clase de aventura en videojuegos, juegos de rol y juegos de mesa. En este entretenimiento, el jugador debe recorrer un laberinto enfrentando a diversos enemigos y recogiendo distintos elementos que le pueden ser de gran utilidad para seguir avanzando.
La mazmorra, en este marco, es un área de exploración. El personaje tiene que avanzar hasta encontrar la salida y, mientras tanto, debe eliminar a los villanos que aparecen en su camino.
Una de las series de videojuegos más famosas dentro de las que tienen la mazmorra como elemento principal es La Leyenda de Zelda, creada por el aclamado diseñador japonés Miyamoto Shigeru y publicada exclusivamente para las consolas de Nintendo, a excepción de tres títulos que estuvieron disponibles en una consola de Philips a mediados de los años 90 y que no se reconocen como parte de la serie oficial.
Las mazmorras de los juegos de Zelda son muy variadas y desafiantes. Por lo general se distinguen por sus diseños temáticos, que suelen estar relacionados con las características del territorio en el cual se encuentran; por ejemplo, una mazmorra en la nieve suele incluir el hielo y el frío como parte de su lógica, así como una situada en un volcán suele tener lava entre sus plataformas.
Al final de las mazmorras siempre hay un enemigo especialmente poderoso, que en el contexto de los videojuegos se llama «jefe», a quien el personaje principal debe derrotar para salir y continuar avanzando en la historia. Por otro lado están los enemigos similares a los jefes que se encuentran a lo largo del camino; éstos presentan puntos de inflexión en la aventura, ya que tras vencerlos es común que el jugador reciba un arma o artefacto necesarios para acceder a nuevas partes de la mazmorra.
La sensación de encierro que se experimenta dentro de una mazmorra se ve acentuada por la omnipresencia de la muerte, por los peligros que nos acechan constantemente. Esto es cierto tanto en las verdaderas como en las ficticias, y sirve como incentivo para seguir adelante en busca de la salida.
En el caso de un videojuego, es importante diseñarla de manera tal que las celdas y los pasillos «hablen por ellos mismos», que exista en ellos una serie de mensajes que podamos descodificar para entender cómo avanzar. Un buen diseño nunca lleva al jugador a frustrarse sino que lo invita a observar atentamente su entorno. Esta combinación en equilibrio de desafío y misterio es muy rara, ya que sólo los grandes desarrolladores son capaces de conseguirla.
Es importante no confundir mazmorra con mazamorra. Este segundo concepto tiene varias acepciones, haciendo referencia habitualmente a una comida que se elabora con maíz y que puede ser dulce o salada según el caso.
