Un megalito es un monumento o un refugio desarrollado en la Prehistoria que fue fabricado con piedras de gran tamaño sin labrar. Es posible encontrar megalitos de diferentes antigüedades y en distintas regiones.
Descripción general
A aquello vinculado a los megalitos se lo califica como megalítico. Los megalitos pueden ser construcciones elaboradas con uno o más bloques de piedra; tumbas o monumentos funerarios; recuerdos de acontecimientos; o demarcaciones del territorio, por ejemplo.
En la producción de un megalito no se usaba cemento ni se recurría a morteros. Los pueblos prehistóricos que realizaban estas obras apelaban a métodos de enclavamiento para levantarlas y fijarlas.
La mayoría de estas estructuras surgieron en el Neolítico. Esa irrupción está asociada a grandes cambios sociales, como el paso de la caza-recolección y el nomadismo a la agricultura, la ganadería y el sedentarismo.
A comienzos del 1900, algunos estudiosos afirmaron que todos los megalitos pertenecían a una suerte de cultura común que se había esparcido por diferentes partes del mundo. Esto se relaciona con la corriente antropológica llamada difusionismo, que apoya el vínculo entre una cultura material y una sola civilización, desde la cual se haya irradiado al resto de los sitios en los que se aprecien creaciones similares. Sin embargo, por medio de la datación moderna la ciencia descartó esta teoría con respecto a los megalitos, ni siquiera en áreas más reducidas, dentro de un mismo continente.
Clasificación
Existen diferentes clases de megalitos. Los dólmenes, en este marco, se forman con piedras clavadas verticalmente en el terreno y otras que, apoyadas de manera horizontal sobre las mismas, funcionan como techo. En Corea del Sur, por mencionar un caso, hay centenares de dólmenes en Ganghwa, Hwasun y Gochang que forman parte, en conjunto, del Patrimonio de la Humanidad que protege la Unesco.
Un menhir, por otro lado, es un megalito constituido por una piedra alargada que se entierra parcialmente de manera vertical. Varios menhires dispuestos en elipse o círculo forman un crómlech, como en el caso del famoso megalito de Stonehenge en Inglaterra.
Cabe destacar que en el continente americano también encontramos megalitos. Entre ellos aparecen las esferas de piedra de Costa Rica.
Menhir
El ya mencionado menhir es el tipo de megalito más simple, algo que lo separa del resto, más allá de su presencia en Stonehenge. La piedra que lo conforma puede o no estar tallada, pero nunca con gran detalle; en su defecto, se debaja tal y como se encontraba en la naturaleza. Con respecto a su posición y colocación, la intención era que quedase erguido, y el hecho de que algunos hayan resistido tantos siglos es realmente digno de ser destacado. Con respecto a su nombre, se trata de una palabra francesa que se compone de otras dos, cuyos significados en conjunto nos dan «piedra larga», y la acuñaron los arqueólogos en el 1800.
Volviendo al trabajo que puede recibir un menhir, más allá de los grabados algunos presentan un trabajo de esculpido que les dieron formas antropomórficas. Sin embargo, en estos casos se suelen considerar ídolos o estelas. Con respecto a su altura, varía mucho de un megalito a otro: algunos menhires son muy pequeños, pero otros llegan a superar los 10 metros.
Aún no se conocen los detalles de los rituales en los que se usaron estos megalitos, ni la razón por la que se erigieron y se ordenaron de una forma determinada. En este marco, las teorías son muchas y van desde las que se apoyan en datos históricos verificados hasta las que rozan la ciencia ficción. En cualquier caso, la mayoría acepta que se trata de obras de carácter funerario, ya que es común encontrar tumbas próximas a los menhires.