La noción de metanoia no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El término, sin embargo, se utiliza en distintos contextos.
Metanoia en teología
En el ámbito de la teología y de la retórica, la metanoia se vincula con un cambio de dirección o de sentido. Puede tratarse de un enunciado que refiere a una retractación o a un arrepentimiento.
La metanoia suele aparecer en el terreno de la religión católica o cristiana. En este marco, la metanoia tiene que ver con la conversión positiva de un individuo para recibir a Cristo o incluso con el acceso a una revelación divina. De hecho, el cristianismo primitivo consideraba el mero acercamiento a Cristo como un sinónimo de metanoia, dado que el cambio que él provocaba en la gente era inevitable e innegable.
No debemos dejar que la presencia del término «arrepentimiento» nos conduzca a pensar en conceptos como «culpa» o «remordimiento»; por el contrario, la transformación que tiene lugar en la metanoia aparece como resultado de una falta de satisfacción con nosotros mismos, y es entonces un movimiento hacia un plano más elevado.
Una diferencia fundamental entre esta concepción y las expuestas más abajo es que la religión se caracteriza por poseer una estructura más rígida en cuanto a los límites. Los creyentes no pueden experimentar cualquier tipo de transformación si pretenden ser aceptados por su comunidad, sino una que respete los valores comprendidos en su doctrina. Si bien la sociedad también nos impone límites, son considerablemente más amplios.
En psicología
Para la psicología, la metanoia es un proceso de transformación de la psique que persigue la autocuración. De acuerdo al suizo Carl Gustav Jung, a través de la metanoia la mente trata espontáneamente de solucionar un conflicto, dejando atrás una cierta estructura y propiciando una adaptación.
Jung consideraba que un episodio psicótico puede ser una metanoia que apunta a la restauración de la psique. Por lo tanto, un brote psicótico puede tener un fin productivo, con lo cual no siempre debe ser reprimido.
Este planteo fue tomado por el escocés Ronald David Laing, quien sostenía que había que apoyar a los pacientes psicóticos en su desestructuración para favorecer la sanación espontánea. Si se bloquea la metanoia, indicaba Laing, las defensas del sujeto terminan fortaleciéndose y el conflicto se mantiene.
En el habla cotidiana
En el sentido más amplio, la metanoia supone cambiar de mentalidad para adoptar una nueva cosmovisión. De esta manera surgen otros valores y fines que inciden en la conducta.
Dicho de otra forma, a través de la metanoia podemos comenzar a mirar el mundo desde otra perspectiva, gracias a lo cual se transforman nuestros valores, objetivos y prioridades, así como nuestro vínculo con la sociedad y sus elementos culturales y materiales. Se trata de un camino que podría significar un cambio de aire para despejar la mente y volvernos más aptos para resolver los problemas más profundos de nuestra existencia.
Es importante señalar que un cambio de mentalidad no supone quedarnos en blanco y comenzar de nuevo, sino aprovechar toda nuestra experiencia para mirar la vida desde otro punto, plantearnos nuevos desafíos y, en el mejor de los casos, adquirir nuevas habilidades o conseguir que despierten aquellas que hasta el momento no habíamos descubierto en nosotros mismos.
Si tomamos por un segundo parte de la definición que recibe este término en el ámbito de la teología, podemos usar el concepto de «arrepentimiento» para trazar una analogía: la metanoia nos permite cambiar para resolver problemas, algunos de los cuales son nuestra responsabilidad, de manera que el acto en sí mismo puede surgir por sentir la necesidad de provocar una conversión hacia una etapa mejor, para acercarnos más a nuestra propia cima.