El término mezquino procede del árabe hispánico miskin, aunque sus antecedentes etimológicos más lejanos llegan hasta el acadio muškēnu. El acadio era la lengua semita que se hablaba en la sociedad de Babilonia y, en concreto, esa se dividía en tres grupos:
-Los amelu, que eran los aristócratas.
-Los mushkenu, de los que deriva la palabra mezquino. Eran hombres libres, pero tenían menos derechos que los anteriores.
-Los wardu, que eran los esclavos.
El concepto puede emplearse en sentido despectivo para aludir a alguien que es tacaño.
Por ejemplo: “Mi tío es un hombre mezquino, siempre está viendo cómo satisfacer sus necesidades sin gastar dinero”, “Es frustrante trabajar para alguien tan mezquino que no paga lo que corresponde”, “No seas mezquino y cómprale el juguete al niño”.
Además de las palabras citadas, no podemos pasar por alto que hay otras que también pueden utilizarse como sinónimos de mezquino. Nos estamos refiriendo a algunas tales como avaro, miserable, cicatero, ruin, avariento, innoble, cicatero o sórdido.
Por el contrario, entre los términos que funcionan como antónimos destacan espléndido, dadivoso e incluso liberal.
Más allá de lo económico, se califica como mezquino a quien no tiene un corazón noble y carece de generosidad: “Hay personas mezquinas que hacen lo posible para no dejarte progresar en el ámbito laboral”, “Mi suegro siempre fue mezquino, nunca nos ayudó”, “La soberbia hace que las personas se vuelvan mezquinas”.
Aquel o aquello que muestra poca ambición o que se plantea objetivos pequeños también recibe la calificación de mezquino: “El entrenador presentó un planteo mezquino que no rindió frutos ya que su equipo cayó por 3 a 0”, “La empresa necesita un gerente comercial que se atreva a realizar grandes apuestas y que no sea mezquino”, “Un proyecto mezquino nunca te permitirá progresar”.
Mezquino, por otra parte, es una lesión que aparece en la piel como consecuencia de un virus. También llamados cadillos o verrugas, los mezquinos son provocados por un agente infeccioso que afecta la zona cutánea.
Las manos, el rostro, los pies y los genitales son algunas de las parte del cuerpo donde pueden aparecer los mezquinos. Para extirparlos, se puede recurrir al uso de láser o de la criocirugía.
No obstante, no podemos pasar por alto que hay otros tratamientos que se usan para abordar esas lesiones cutáneas. En concreto, entre las más significativas están el nitrato de plata, la radiofrecuencia, el ácido salicílico, la extirpación quirúrgica e incluso la electrodesecación.
Además, en la literatura nos encontramos con distintos libros que tienen en su título el término que estamos abordando. Este sería el caso de “Guerín, el Mezquino”, que es un trabajo realizado por A. Da Barberino, o de “Mundo mezquino”. Este último, que lleva por subtítulo “Arte semiótico filosófico”, está escrito por Óscar Quezada Macchiavello y viene a realizar un análisis exhaustivo de las historias de Quino (1932). Este es un humorista gráfico que se ha hecho famoso en todo el mundo por crear la tira cómica protagonizada por Mafalda y que publicó entre los años 1964 y 1973.