Microsoft Office es un paquete de programas informáticos para oficina desarrollado por Microsoft Corp. (una empresa estadounidense fundada en 1975). Se trata de un conjunto de aplicaciones que realizan tareas ofimáticas, es decir, que permiten automatizar y perfeccionar las actividades habituales de una oficina.
La versión más antigua de Microsoft Office fue lanzada en 1989 con dos paquetes básicos: uno formado por Microsoft PowerPoint, Microsoft Excel y Microsoft Word, y otro al que se le sumaban los programas Schedule Plus y Microsoft Access.
Word y Excel, los programas más populares
Word es uno de los programas más populares que forman parte de Microsoft Office. Consiste en un procesador de textos que incluye un corrector ortográfico, diccionario de sinónimos y la posibilidad de trabajar con diversas fuentes (tipografías).
Excel, por su parte, está compuesto por planillas u hojas de cálculo. Su principal atractivo es la posibilidad de realizar operaciones aritméticas de manera automática, lo que facilita el desarrollo de balances y estados contables.
Powerpoint y Outlook, otras herramientas de Microsoft Office
PowerPoint es el programa de Office que se utiliza para crear y mostrar presentaciones visuales. Su base está en el desarrollo de diapositivas multimediales que pueden incluir imágenes, texto, sonido y videos.
La administración de datos personales y los correos electrónicos pueden gestionarse desde Outlook. Su principal fuerte es el cliente de correo, aunque también ofrece un calendario y un directorio de contactos.
Popularidad en baja y mayor competencia
La popularidad de Office ha ido cayendo en los últimos años. La primera víctima es probable que haya sido PowerPoint, cuando muchos usuarios comenzaron a comprender que Flash les ofrecía las mismas posibilidades y muchas más, con un nivel de personalización imposible de alcanzar en el primero.
Luego, con la masificación de los teléfonos móviles y lo atractivo de sus aplicaciones, tuvo lugar una especie de migración desde la PC hacia dichos dispositivos, transformando el mercado del software y colaborando con el crecimiento de la nube y las herramientas gratuitas. Muy probablemente, esto no haya pasado desapercibido para Microsoft, dado que desde hace un tiempo es posible disfrutar de algunas de las prestaciones de Office en forma gratuita y a través de una cuenta de correo.
Microsoft Office y el problema de la piratería
Caber resaltar que Microsoft Office es un programa con licencia. Por lo tanto, quienes deseen aprovechar sus prestaciones, deben comprarlo y respetar las condiciones del contrato, como la prohibición de realizar copias con fines de lucro. Algunos de sus principales competidores son OpenOffice (de código libre), StarOffice, Lotus Symphony y WordPerfect Office.
Al igual que Windows y que los distintos paquetes de Adobe, donde encontramos Photoshop e Illustrator, Office es uno de los focos más comunes de la piratería. Una de las razones principales es que son herramientas muy útiles para la formación, dado que suelen estar entre los requisitos de la mayoría de los puestos de trabajo que incluyan labores informáticas de algún tipo.
Al día de hoy, existen alternativas gratuitas a casi todas ellas, las cuales en algunos casos resultan más potentes y eficientes, pero que suelen tener un punto débil en común: interfaces difíciles de navegar y poco atractivas visualmente. Esto lleva a muchos usuarios a descartarlas en cuestión de segundos, volviendo a las cómodas descargas ilegales. Sin embargo, dado que la piratería ha proliferado sorteando cuanto obstáculo se ha presentado en su camino, muchos se preguntan si las grandes compañías de desarrollo de software sufren realmente por esta situación.
Es común oír que es probable que sean ellas mismas, Microsoft y Adobe, por ejemplo, quienes se aseguran de que sus programas lleguen a cuantos hogares sea posible, sea a través de adquisiciones en regla o de copias ilegales. Esta teoría se apoya en que la verdadera ganancia tiene lugar cuando una empresa compra las aplicaciones necesarias para sus empleados, y que gracias a permitir que los usuarios particulares conozcan y disfruten de sus herramientas, su popularidad crece al punto de convertirlas en puntos de referencia.