Un ministerio es un departamento o división del Gobierno de un Estado. Cada ministerio constituye una parte funcional del Gobierno y tiene un responsable, que se denomina ministro. La máxima autoridad, y a quien responden los ministros, es el presidente del Gobierno.
El término ministerio, con raíz en un vocablo latino que se asemeja al concepto de «servicio», se utiliza para hacer referencia tanto a cada división del Gobierno como al edificio en el cual se encuentran las oficinas del departamento ministerial. Por ejemplo: “El Ministerio de Agricultura ha anunciado que entregará subsidios a los productores afectados por la sequía”, “Ayer hubo una importante protesta frente al Ministerio de Trabajo”, “El Gobierno ha decidido aumentar el presupuesto del Ministerio de Economía para que éste pueda instrumentar medidas contra la crisis financiera internacional”.
Ministerios en Argentina y España
Aunque varía en cada país, los nombres y las funciones de los ministerios pueden ser modificados por el Poder Ejecutivo. En Argentina, por ejemplo, algunos de los ministerios más importantes son el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible; el Ministerio de Economía; el Ministerio de Obras Públicas; el Ministerio de Educación; el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; el Ministerio de Salud; y el Ministerio de Industria.
El Presidente de la Nación argentina tiene la obligación de nombrar a un Jefe de Gabinete, el responsable de coordinar las acciones entre los distintos ministerios.
En España, los ministerios forman parte de la Administración General del Estado. El nombramiento y el cese de los ministros son realizados por el Rey de España a propuesta del presidente del Gobierno. Las sedes de los ministerios se encuentran en Madrid, la capital nacional.
La educación española
En la actualidad, el Ministerio de Educación y Formación Profesional de España representa un departamento muy importante para el país, dado que se encarga de todos los temas relacionados con la formación y el otorgamiento de becas y ayudas a los ciudadanos, para que puedan alcanzar el nivel académico que buscan, sea en el territorio nacional como en el extranjero.
Con respecto a su creación, tuvo lugar el 31 de marzo de 1900 y recibió el nombre de Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. De todos modos, anteriormente ya el Gobierno español actuaba en materias educativas, como lo prueba la instauración de una Dirección General de Estudios en el suelo gaditano casi un siglo antes, la cual fue evolucionando a lo largo del tiempo, transformándose y adaptándose a las diferentes necesidades de los habitantes.
Históricamente, sus competencias han variado, abarcando la instrucción pública, el amparo de instituciones de enseñanza tales como facultades y escuelas, conservatorios de música y artes plásticas, bibliotecas, imprentas, museos y teatros, entre muchos otros organismos.
Durante más de cuatro décadas, las decisiones relacionadas con los temas educativos estuvieron ligadas al Ministerio de Fomento, hasta que a principios del 1900 éste fue dividido en dos, dando lugar a la primera expresión del actual Ministerio de Educación y Formación Profesional, como se menciona en párrafos anteriores. Cabe mencionar que durante sus primeros años de existencia, la falta de presupuesto no permitió que propiciara grandes cambios en la Nación; esto no quita, por otro lado, que en su nombre no se llevara a acabo una importante labor de concienciación con respecto a las ventajas de la formación académica y la especialización.
Con el paso de los años, se creó una serie de direcciones (como la General de Enseñanza Primaria y la de Bellas Artes) que aumentaron la importancia del Ministerio de Educación y ayudaron a definir sus competencias, punto fundamental para su desarrollo y su evolución. Su sede actual, situada en la ciudad de Madrid, fue construida hace casi un siglo.