Una minoría étnica es un grupo de seres humanos que comparten rasgos raciales, origen geográfico, idioma y cultura y que constituyen un subconjunto pequeño en el marco de una sociedad. Estos colectivos ocupan una posición de subordinación y padecen la vulnerabilidad.
Se denomina minoría a la parte menor de los individuos que habitan en una localidad, una región o un país. Se trata de un sector de la población que, por sus creencias, su lengua o su raza, se distingue de la mayoría de esa misma población. Étnico, en tanto, es aquello vinculado a la etnia: la comunidad que se forma por similitudes o semejanzas culturales, lingüísticas o de otra índole.
Esa condición numérica lleva a que la minoría étnica suela sufrir una discriminación por parte los segmentos mayoritarios. Mientras que en ocasiones la minoría étnica cuenta con un reconocimiento por parte de los Estados o los gobiernos, en otros casos no goza de ningún tipo de consideración ni aval.
Características de una minoría étnica
Una minoría étnica es un conjunto de personas que llevan una forma de vida distintiva, generalmente asociada a una tradición que no es típica de la sociedad en la cual están insertas. Hay una identidad étnica y un sentido de pertenencia que comparten los miembros del grupo y que los separan del resto de la población.
Debe considerarse que en una minoría étnica pueden coexistir individuos de clases sociales diferentes. No es la situación económica el factor que los une, sino la herencia cultural: un patrimonio inmaterial que incluye la lengua, los rituales, el folclore, etc.
Por supuesto, hay que tener en cuenta que existen numerosas minorías étnicas, cada una con sus particularidades. Los romaníes, por ejemplo, son una minoría étnica con presencia en múltiples países pero que carecen de un Estado propio o de representación estatal. Los quechuas, en tanto, son reconocidos por el Estado boliviano como una nación. En el caso de los catalanes, constituyen una minoría ética en España, donde se le reconoce su territorio como una comunidad autónoma. Hay movimientos catalanes que, de todas formas, reclaman la independencia del Estado español.
La discriminación
Si bien, como ya vimos, cada minoría étnica tiene su propia realidad, con frecuencia sus integrantes tienen dificultades para lograr la inclusión social. El grupo, asimismo, tiende a padecer una marginalización.
La xenofobia y el racismo sistémico son problemáticas habituales que padecen los integrantes de una minoría étnica. Aunque la globalización favorece el multiculturalismo, la diversidad cultural suele verse amenazada y no hay una verdadera valorización del pluralismo. En casos extremos, la intolerancia y la segregación provoca que las minorías se organicen en asentamientos informales o que incluso tengan que llevar a cabo un desplazamiento forzado.
La estigmatización de la población minoritaria suele ser una consecuencia del etnocentrismo: la tendencia de tomar la cultura propia como parámetro para analizar las conductas y los valores de otros grupos sociales. Por eso, en la construcción de la identidad colectiva hay una hegemonía cultural del grupo dominante y se limitan los espacios de visibilidad étnica.
En un sentido más amplio, las minorías étnicas tienen un acceso limitado al desarrollo socioeconómico y a la toma de decisiones políticas. A la vez, suelen enfrentarse a dificultades para lograr la expresión de su identidad. Esto lleva a conflictos de diferente magnitud, muchas veces violentos.
Las minorías étnicas y la ONU
La Declaración de las Naciones Unidas sobre las Minorías tuvo su aprobación en 1992. A través de dicho documento se busca garantizar y promover los derechos de los individuos que forman parte de una minoría étnica, religiosa o nacional, contribuyendo de este modo y de forma simultánea a la estabilidad social de los países.
La ONU contempla que no hay una definición inequívoca acerca de qué grupo social puede ser calificado como una minoría. En este marco, hace hincapié en la combinación de elementos subjetivos (autopercibirse como integrante de un conjunto minoritario) y cuestiones objetivas (que haya una etnia, una religión o una lengua compartidas).
Además de preservar el derecho de las minorías a usar su propio idioma, practicar y profesar su fe y disfrutar su cultura, la Declaración de las Naciones Unidas sobre las Minorías invita a los Estados a impulsar el conocimiento sobre las costumbres y la historia de las minorías que hay en su territorio y a propiciar que los miembros de las minorías intervengan de forma activa en el desarrollo nacional. Por otra parte, se reclama a los gobiernos el diseño y la aplicación de políticas que contemplen los intereses y las necesidades de estos sectores poblacionales.
Los pueblos indígenas
Los pueblos indígenas constituyen minorías étnicas en muchos países. La asimilación cultural hace que muchos descendientes de estas etnias no se reconozcan como tales o no mantengan las costumbres y las prácticas de sus ancestros.
No obstante, muchos movimientos reclaman por los derechos de los pueblos indígenas. Así, se pide que la población autóctona pueda vivir en su territorio ancestral y que se respeten sus tradiciones etnolingüísticas. Evitar el apartheid y la exclusión social, impulsar la educación intercultural y permitir el ejercicio de la ciudadanía son algunos de los objetivos habituales de este activismo.
En Argentina y en Chile, por ejemplo, grupos mapuches están en conflicto con los gobiernos nacionales por luchas territoriales. En este marco demandan la redistribución de la tierra y autodeterminación para gestionarla y así lograr el empoderamiento comunitario.