Se denomina miología a la rama de la anatomía centrada en los músculos. La anatomía, en tanto, es la ciencia dedicada al análisis de la forma y la estructura de los seres vivientes.
En el caso de la miología, se trata de un área de la denominada anatomía descriptiva: la especialización de la anatomía que estudia al cuerpo dividiéndolo en aparatos o sistemas. El objeto de interés de la miología son los músculos, órganos que se componen de fibras contráctiles.
Objetivos de la miología
La miología se encarga de la identificación y localización de cada músculo, considerando su origen, su inserción y su inervación. También detalla su accionar y los movimientos que puede realizar.
Cabe resaltar que los músculos se estiran y se acortan a modo de respuesta frente a un estímulo nervioso. Esto es posible gracias al tipo de tejidos y de células que lo conforman.
Propiedades funcionales de los músculos
La miología, en este marco, estudia las propiedades funcionales de los músculos, que son diversas y nos hablan de la forma en la que actúa cada uno. A grandes rasgos, podemos decir que experimentan un estiramiento y luego una contracción, como resultado de algún estímulo nervioso. Para ello aprovechan las fibras contráctiles que los componen. Veamos a continuación las funciones más importantes:
* excitabilidad: es la mencionada respuesta a los estímulos nerviosos o químicos. Para que esto tenga lugar, el músculo debe ser capaz, en primer lugar, de percibirlos, para luego producir y propagar un movimiento;
* contractibilidad: haciendo uso de sus células, los músculos pueden llevar a cabo la contracción ante dichos estímulos. En este marco, podemos distinguir diferentes tipos, que son la isotónica concéntrica, la isométrica y la isotónica excéntrica;
* elasticidad: de modo opuesto al caso de la contractibilidad, los músculos tienen que poder aumentar su longitud. Luego de esto, sus fibras recuperan rápidamente su extensión original;
* extensibilidad: ésta se relaciona con la anterior, ya que es ésta la propiedad que permite a los músculos estirarse. Luego de la contracción, sus fibras se relajan y son capaces de estirarse hasta superar la extensión que exhiben en reposo;
* plasticidad: gracias a esta propiedad, los músculos pueden alterar su estructura de acuerdo con la acción que el cuerpo les exija realizar. Es así que pueden adaptarse a diferentes tipos de entrenamientos.
Tipos de músculos
Según sus particularidades histológicas, la miología reconoce tres clases de músculos. Los músculos estriados o esqueléticos son aquellos que recubren los componentes óseos y permiten realizar movimientos voluntarios. Son los que, cuando responden a los estímulos nerviosos, se contraen y se relajan, moviéndose. Se encuentran en la cabeza, el tronco, ciertos esfínteres, los ojos, las extremidades y el aparato respiratorio.
Los músculos lisos, por su parte, se mueven de manera involuntaria y se acortan frente a las contracciones. Podemos encontrarlos tanto en los vasos sanguíneos como en las paredes de ciertas estructuras y órganos, como ser el estómago, los intestinos y el esófago.
Por último debemos hablar del músculo cardíaco (también conocido por el nombre de miocardio), que es una combinación de los estriados y de los lisos, con movimientos involuntarios y automáticos. Gracias a este músculo, el corazón puede contraerse siguiendo un ritmo continuo para realizar el bombeo de la sangre por medio del sistema circulatorio.
Sus células presentan una ramificación estructurada que se denomina sincitio funcional; su interconexión se compone de uniones llamadas discos intercalares, gracias a las cuales es posible sincronizar la contracción. Volviendo al concepto de sincitio funcional, se observan dos, cuyos nombres son ampliamente conocidos fuera del ámbito médico: uno para las aurículas y otro para los ventrículos.