En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término munición. Exactamente deriva de “munitio”, que puede traducirse como “carga que se pone en las armas de fuego” y que es el resultado de la suma de los siguientes componentes léxicos:
-El verbo “munire”, que es sinónimo de “reforzar” o “fortificar”.
-El sufijo “-cion”, que se usa para indicar “acción y efecto”.
El concepto de munición puede traducirse como “muro defensivo”. El término se emplea para nombrar a la carga de un arma de fuego.
Una munición, por lo tanto, es un elemento que se dispara a modo de proyectil. Cuando se aprieta el gatillo de un arma de fuego, se libera la energía química concentrada y se impulsa la munición de manera mecánica. Este objeto atraviesa el tubo o caño mientras recibe una aceleración rectilínea: quien se encuentra en la trayectoria de la munición disparada, recibe el impacto.
El propulsor más habitual de las municiones es la pólvora. Se trata de una mezcla de nitrato de potasio, carbono y azufre que produce una deflagración para impulsar los proyectiles.
Las características de las municiones dependen del arma. Puede tratarse de balas, balines o perdigones, por mencionar algunas posibilidades.
Si hablamos de armas de militares y policías tenemos que establecer que existen varios tipos de municiones:
-Semiblindada, que es la más usada por este tipo de agentes y sus cartuchos suelen tener un peso aproximado de 123 gramos.
-FMJ (Full Metal Jacket), que viene a ser una bala de plomo que suele estar cubierta de latón o de cobre. La policía y los militares la suelen emplear para lo que son entrenamientos y prácticas de tiro. Tiene otra particularidad: es que es capaz de atravesar el cuerpo al que se dispara.
-Plomo, cuyos cartuchos suelen tener un peso aproximado de 158 gramos. Hay que destacar también que suele estar en desuso ya que, en ocasiones, puede provocar un encasquillamiento del arma.
De la misma manera, ese tipo de agentes pueden proceder a utilizar otros tipos de municiones como son las EMB, que alcanza un peso aproximado de 93 gramos, y las huecas, que contribuyen a conseguir una gran precisión. Estas, además, suelen tener un precio elevado y está prohibida lo que es su venta a particulares.
Una munición de fogueo es aquella que no tiene proyectil. Cuenta con la pólvora y el fulminante (la materia explosiva), por lo cual se utiliza para realizar efectos especiales o simulaciones. Al usar una munición de fogueo, se genera el estallido, pero no hay una bala que salga disparada.
En el ámbito de la cocina, se llama municiones a unos fideos muy pequeños de forma esférica. Por lo general esta clase de pasta suele ingerirse en sopa: las municiones se cocinan en un caldo hirviendo y, una vez que ya están listas para consumir, se comen con ayuda de una cuchara.
Cabe destacar que hay personas que preparan la sopa de municiones con trozos de carne o de verdura. De esta forma el plato se vuelve más nutritivo.