El concepto de notorio alude a aquello que resulta claro o innegable, o que es conocido por todas las personas. Se trata de un adjetivo que proviene del bajo latín notorius.
Por ejemplo: “El deterioro de la construcción es notorio: las rajaduras en sus paredes pueden apreciarse a simple vista”, “Es notorio que al presidente no le gusta conversar con los periodistas”, “Hay un notorio avance en los trabajos de remodelación del estadio, pero todavía faltan varios meses para que las obras lleguen a su fin”.
Cuando algo se vuelve notorio, empieza a hacerse fácilmente reconocible o se convierte en evidente: “La crisis económica se está haciendo cada vez más notoria”, “Los efectos del cambios climáticos se están volviendo notorios y ningún gobierno hace nada para atenuarlos”, “Las aspiraciones del diputado se volvieron notorias con sus últimas declaraciones”.
La idea de notorio también se emplea para calificar a alguien que se destaca por su fama o su relevancia: “El museo anunció que un notorio científico alemán brindará una conferencia sobre física cuántica en el salón principal”, “Mi abuelo fue un notorio político de la década del ‘20”, “Era un notorio pianista hasta que decidió abandonar la música para dedicarse al golf”.
Notorio también es un término que aparece en el ámbito jurídico. Nociones como notorio arraigo o recursos de injusticia notoria forman parte del terreno de las leyes.
Existen diversos sinónimos de la palabra notorio, y casi todos ellos tienen el mismo grado de frecuencia en el habla cotidiana, salvando algunas excepciones. Veamos los más comunes listados a continuación: manifiesto, evidente, visible, patente, incuestionable, palpable, obvio, claro y probado. En este caso, los antónimos más usados son dudoso, incierto y oculto.
Antes de adentrarnos en ciertas explicaciones acerca de los matices que dichos sinónimos nos permiten apreciar del concepto original, veamos una segunda lista, que acentúa otros: difundido, generalizado, común y conocido. A esta lista le debemos sumar el antónimo desconocido.
A partir de estas dos listas podemos observar diferentes matices del término notorio. Por ejemplo, a simple vista podemos decir que la primera contiene palabras que parecen acentuar la idea de que el sustantivo al que modifican es, en efecto, conocido por mucha gente, mientras que la segunda es menos incisiva, por así decirlo. No es lo mismo decir «esto es obvio» que «esto es muy conocido».
Diferencias como ésta podemos encontrarlas con mayor claridad al observar un adjetivo y su correspondiente superlativo; tal es el caso de conocido y conocidísimo. Sin embargo, al usar el superlativo hacemos demasiado evidente nuestra intención o nuestra opinión acerca de un tema, y no siempre queremos darles tanta información a nuestros interlocutores. Si deseamos ser más sutiles, podemos optar por otros adjetivos que expresen lo mismo de manera menos brusca.
Además de esto, podemos señalar diferencias en los significados de términos como incuestionable y conocido, por ejemplo, que nos demuestran dos matices de notorio que a su vez acarrean la necesidad de armar oraciones particulares para cada caso. Por ejemplo, al usar el primero probablemente queramos ganar una discusión, o bien influir fuertemente en nuestro interlocutor: «Creo que estarás de acuerdo conmigo en que su talento como cantante es incuestionable». Sin embargo, el segundo sirve más para señalar que la información no es nueva para la mayoría de la gente: «Su talento como cantante es conocido por todos».
Muchas personas utilizan la palabra notorio, tanto en conversaciones informales como en ámbitos académicos, por lo cual se trata de un caso particular.
“The Notorius” (“El Notorio”), por último, es el apodo del deportista irlandés Conor McGregor, un reconocido luchador de artes marciales mixtas que también incursionó en el boxeo.