Oportunidad, del latín opportunitas, hace referencia a lo conveniente de un contexto y a la confluencia de un espacio y un periodo temporal apropiada para obtener un provecho o cumplir un objetivo. Las oportunidades, por lo tanto, son los instantes o plazos que resultan propicios para realizar una acción.
Por ejemplo: Una persona quiere comprar un coche. Mientras busca el vehículo acorde a sus necesidades, se entera de que un vecino desea vender el suyo con urgencia. Se trata, por lo tanto, de una oportunidad para el comprador.
Las oportunidades surgen en determinados momentos de la vida y deben ser aprovechadas para evitar el arrepentimiento posterior. Muchas veces hay individuos que se lamentan por haber desperdiciado una oportunidad por diferentes motivos. Lo importante, por lo tanto, es estar atento a aquéllas que se presentan en cualquier ámbito y analizarlas para determinar cuál es la opción más conveniente para uno.
Oportunidades en el ámbito profesional
Hoy en día este concepto se usa especialmente para hacer referencia a las oportunidades profesionales o laborales, refiriéndose a las chances que tiene una persona de mejorar su situación en el trabajo. Puede significar la posibilidad de un ascenso, una oferta de contratación o la propuesta de iniciar un nuevo proyecto o emprendimiento.
En todas las profesiones se recomienda que los expertos se encuentren siempre investigando y perfeccionando sus conocimientos; de este modo se vuelven personas más aptas y eficientes, amoldándose a las nuevas herramientas del mercado. Aquellas personas que se mantengan activas y en constante aprendizaje, estarán mejor preparadas para enfrentarse eficazmente a las nuevas oportunidades laborales, con lo cual podrán conseguir un progreso personal y laboral.
El concepto en el comercio y en la economía
La sección de oportunidades, por otra parte, es el apartado de una tienda donde se comercializan productos a un precio inferior al habitual. Asimismo, aquellas páginas web donde se venden productos de segunda mano o a un precio más accesible que en el resto del mercado, también se encuentran incluidas en este concepto.
El costo que tiene la inversión de los medios que se disponen en una cierta alternativa comercial, lo que supone dejar de lado el resto de las posibles inversiones, se conoce como costo o coste de oportunidad. Pero este concepto se extiende también a las finanzas personales, convirtiéndose así en el agente económico (pérdida o ganancia) que surge al tomar cualquier decisión.
El término fue concebido por primera vez en 1914 por Friedrich von Wieser, quien planteó la Teoría de la economía social, donde dicho concepto hacía referencia a aquello a lo que se renuncia al tomar una decisión económica. De este modo, cada vez que debemos optar por comprar una cosa u otra estamos asumiendo ese riesgo.
Ejemplos de costo de oportunidad
Por ejemplo, si tenemos un determinado presupuesto para escoger entre una botella de vino o una de cerveza, sea cual sea nuestra decisión final tendremos un costo de oportunidad que será la renuncia a aquello que no compremos. Esto significa que todos los agentes económicos racionales (personas o empresas) toman sus decisiones económicas en base al costo y privación de los productos, sabiendo de antemano que deberán prescindir de uno u otro definitivamente. El objetivo de esta operación es tomar aquella decisión que sea más rentable y adecuada a la calidad de vida de dicho agente.
En lo que respecta al patrimonio, éste se verá modificado en base a las decisiones que tomemos. Si por ejemplo tenemos un terreno y estamos en la disyuntiva de construir una casa o alquilarlo para tener una renta mensual, no importa por qué opción nos decantemos, esto influirá sobre dicho suelo. Si decidimos edificar, el coste de oportunidad de dicho espacio se calcula sumando el coste de edificación y la cantidad de rentas perdidas.
Para finalizar, cabe aclarar que el coste de oportunidad muchas veces es subjetivo ya que para el análisis se tiene en cuenta el punto de vista de una persona y sus juicios de valor, de modo que sólo aquél que invierte sepa cuánto pierde y gana en cada operación y cuánto podría afectarle eso en su bienestar y su economía a largo plazo.