A alguien vulgar o grosero se lo puede calificar como ordinario.
Del latín ordinarĭus, ordinario es un adjetivo que permite nombrar a algo común y regular, que sucede de manera habitual o que es frecuente. Por ejemplo: “No te preocupes, se trata de una enfermedad ordinaria y común entre los niños menores de cinco años”, “Es una falla ordinaria que puede aparecer en cualquier casa”, “La próxima semana finalizan las sesiones ordinarias de la actual legislatura”.
Ordinario también es aquel o aquello vulgar, que no tiene distinción y que es de poca estimación: “Ese hombre es un ordinario, ni siquiera respondió mi saludo”, “No seas ordinario, ¿no sabes que eructar es de mala educación”, “El presidente fue muy ordinario al insultar a sus opositores”, “Invertí mucho en su educación pero tengo que admitir que mi hijo es un ordinario”.
Los gastos cotidianos que tiene una familia y aquello que acostumbra comer también se conoce como ordinario: “La compra de la televisión nueva no formó parte de los gastos ordinarios de nuestro presupuesto”, “Ayer hice las compras ordinarias de la semana: carne, verdura, leche, aceite y unos pocos productos más”.
TemasLo ordinario en distintas profesiones
Además de todo ello no podemos pasar por alto la existencia de una serie de profesiones que en su denominación hacen uso del término ordinario. Este sería el caso, por ejemplo, del alcalde ordinario que podríamos decir que es el vecino de una localidad concreta que ejerce en ella lo que sería la jurisdicción habitual y común.
Por otro lado, nos encontramos con el juez ordinario. En este caso, dicha autoridad judicial es la que en primera instancia se encarga de conocer los distintos pleitos y causas que llegan a dicho ámbito de la justicia.
Tiempo atrás también existía lo que se conocía como inquisidor ordinario. Este venía a ser el miembro del Santo Oficio que tenía como principal misión el llevar a cabo el establecimiento de la sentencia que correspondía a los presos que habían sido culpados y acusados de haber cometido algún delito de fe.
Precisamente dentro del ámbito religioso tenemos que dejar patente además la existencia de lo que se conoce simplemente como ordinario. Bajo dicha denominación se encuentra el obispo diocesano. Un término aquel que está relacionado con lo que se daba en llamar mes ordinario que era la fecha establecida para que esta autoridad eclesiástica presentará los beneficios de todo tipo que se habían obtenido.
Todo ello sin olvidar que antiguamente, aunque ahora ya está en desuso, se hacía uso de manera frecuente del término ordinario para referirse a aquel hombre que trabajaba como carretero y que se encargaba de transportar tanto mercancías como personas de una villa a otra.
El correo ordinario demora más que los servicios especiales.
Un tipo de correo
El correo ordinario es aquel que se despacha por tierra o mar y que demora más tiempo en llegar que los servicios especiales (como el correo aéreo o el certificado).
“Falta una semana para el cumpleaños de la tía: si vamos a utilizar el correo ordinario, tendríamos que enviarle la postal ahora mismo para lograr que llegue a tiempo” y “Prefiero elegir el correo certificado ya que es mucho más rápido que el ordinario” son expresiones que usan este concepto.
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