Existen distintas teorías sobre el origen etimológico del término pantorilla. Así, están las que indican que deriva del portugués y hay otras que establecen que procede del gallego. Sea como sea, tanto en un caso como en otro la palabra de la que deriva es «panturra», que puede traducirse como «barriga». Y esa, a su vez, deriva del latín «pantia», que es sinónimo de «panza». De esta manera, se determinaba que la pantorrilla venía a ser la «panza» o «barriga» de la pierna.
Se denomina pantorrilla al sector de la pierna que se encuentra debajo de la corva (la parte opuesta a la rodilla). La pantorrilla se caracteriza por ser una zona muy carnosa.
Puede decirse que la pantorrilla es la región posterior de la pierna de una persona, específicamente aquella que se desarrolla debajo de la parte de atrás de la rodilla. Por lo tanto está debajo de la fosa poplítea o corva y llega hasta el tobillo. Delante de la pantorrilla se encuentran los huesos peroné y tibia.
Popularmente para hacer mención a la citada pantorrilla también se recurre al empleo de palabras tales como canilla o pantorra.
La pantorrilla está compuesta por el tríceps sural. Este músculo, a su vez, se forma con tres músculos: los dos gastrocnemios (que suelen mencionarse como los gemelos) y el sóleo.
El músculo sóleo es muy importante para permanecer parado y caminar. Permite elevar el talón y flexionar el pie, por ejemplo. Los gemelos, en tanto, tienen como función principal proporcionar el impulso para iniciar la marcha.
Las lesiones en la pantorrilla son frecuentes entre los deportistas, sobre todo en los atletas. Si se estira de manera excesiva, el tríceps sural puede sufrir un tirón, una distensión o un desgarro.
Lo habitual es que el daño se produzca cuando el deportista debe acelerar de manera repentina, con lo cual se realiza un empuje con el pie. Los futbolistas y los tenistas, por mencionar dos posibilidades, suelen lesionarse al sobrecargar la pantorrilla.
La citada distensión es una de las lesiones más habituales. La misma se produce cuando tiene lugar lo que se conoce como elongación de uno o de varios músculos de la pantorrilla.
Entre los síntomas que vienen a indicar aquella están tanto un fuerte dolor en la zona como experimentar la sensación de pinchazo. Si dicha distensión es leve, la persona podrá seguir realizando la actividad que estaba llevando a cabo, aunque notará bastante tirantez en el músculo.
Por otra parte, si la citada distensión es grave directamente no podrá ni siquiera apoyar la pierna en el suelo.
Entre las causas de esa lesión puede estar el no haber calentado de forma suficiente antes de hacer ejercicio, el que los músculos están debilitados o que el tiempo de recuperación entre las sesiones de entrenamiento es demasiado breve, entre otras.
Hay lesiones que se producen con el paso del tiempo debido al uso excesivo de los músculos de la pantorrilla. Otras son lesiones agudas, ya que el problema se genera de repente. El sujeto puede experimentar desde una simple incomodidad hasta un dolor intenso que le impida caminar con normalidad.