El concepto de paraje, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), hace referencia a un sitio o a la disposición o situación de algo. El término, de todos modos, tiene otro uso más frecuente en los países hispanohablantes.
Paraje suele emplearse para nombrar a un lugar geográfico deshabitado o con un escaso número de habitantes. Por lo general se trata de pueblos muy pequeños que se encuentran en una zona rural.
Los parajes, por lo tanto, son aldeas, caseríos o incluso áreas específicas que se encuentran en el camino. Sus características pueden variar, aunque siempre comparten el hecho de contar con una densidad poblacional reducida.
Las diferencias entre el paraje y el pueblo u otros asentamientos de mayor densidad de población no se terminan en cuestiones posibles de medir físicamente, sino que algunas de ellas se pueden apreciar si estudiamos sus raíces. Por ejemplo, es muy común que los parajes surjan poco a poco, a medida que llegan al lugar nuevas personas, cada una con el objetivo de llevar a cabo una actividad comercial diferente, que hasta el momento ningún otro habitante realice.
Esto nos habla de un tipo de organización altamente funcional y especializada, que repercute en un crecimiento sano para todas las personas. En una ciudad ocurre todo lo contrario: la competencia desleal es moneda corriente y puede llegar a ser abrumadora para un pequeño emprendedor, obligándolo a cerrar su tienda en pocos meses tras destruir su moral con tácticas retorcidas, como ser las reducciones de precios que para él resulten imposibles al principio o los horarios de apertura excesivos para captar más clientes mientras él no se encuentra activo.
En un paraje el sentimiento de comunidad puede mantenerse vivo a niveles que ya han desaparecido en la mayoría de las ciudades, en parte porque sería imposible conocer a todos los habitantes si el número se cuenta en decenas de millones. Esta fortaleza en el lazo de un paraje puede desembocar en una protección de los intereses de los demás que conduzca a una convivencia sana, como si se tratara de una gran familia.
Paraje Macedo, en Argentina, es un ejemplo de este tipo de sectores. Se encuentra en el partido de General Madariaga, en la provincia de Buenos Aires, y nació en torno a una estación ferroviaria que ya no se utiliza. En Paraje Macedo se celebra anualmente la Fiesta Regional del Kiwi, un evento que atrae a visitantes de las localidades aledañas.
En la provincia de Misiones, también en Argentina, existe el Paraje Fontana. Forma parte del municipio de Campo Grande y del departamento Cainguás.
En España, por otra parte, existen varios espacios protegidos que se conocen como parajes o parajes naturales. Este concepto es un sinónimo de reserva ecológicay reserva natural, es decir, un área semiprotegida que se considera muy importante para la fauna, la flora o la vida silvestre de una región determinada, o bien que posee ciertas características geológicas interesantes que se usan con fines educativos y de investigación.
El Paraje Natural Alto Guadalquivir es uno de los muchos que encontramos en España: se sitúa en la provincia de Jaén, ocupando una superficie de más de 600 hectáreas.
El Paraje Pintoresco del Pinar de Abantos y Zona de La Herrería, en tanto, se halla en la Comunidad de Madrid. Se desarrolla en más de 1100 hectáreas y fue establecido en 1961.
También existen las marismas de Isla Cristina, ubicadas en la costa atlántica andaluza, justo donde desemboca el río Carreras, las cuales fueron declaradas paraje natural en el año 1989. Su superficie ronda las 2145 hectáreas y ocupa parte de Isla Cristina y Ayamonte, dos municipios de la zona.
