“Paritas”. Este es el término latino del que deriva la palabra paridad que ahora nos ocupa. En concreto se trata de un vocablo que es fruto de la suma de dos partes claramente diferenciadas: “par”, que puede traducirse como “igual”, y el sufijo “-dad”, que es equivalente a “cualidad”.
Paridad hace referencia a la similitud, semejanza o equivalencia entre dos o más cosas. Por ejemplo: “El campeonato argentino es un torneo de mucha paridad entre los equipos participantes”, “Eran países de similar desarrollo, hasta que el descubrimiento de petróleo en la nación sureña terminó con la paridad”, “El tenista español rompió la paridad cuando consiguió quebrarle el saque al suizo”.
Si un periodista deportivo menciona la paridad que se advirtió en un partido de fútbol, se estará refiriendo a que ninguno de los conjuntos logró establecer una superioridad. El nivel de ambos equipos, por lo tanto, fue parejo, sin que haya diferencias en el marcador. Lo lógico, ante una paridad de este tipo, es que el encuentro termine empatado.
En el ámbito de las matemáticas, la paridad de un número se establece cuando éste es múltiplo de 2. Esto quiere decir que 2, 4, 6, 14, 36, 588 y 1040, por citar sólo algunos, son números pares. La noción de paridad también aparece en ciertas funciones.
De la misma manera, nos encontramos dentro del ámbito matemático con la llamada “función paridad”. Esta se utiliza mucho en el seno de la investigación de la complejidad de los circuitos y se identifica por ser de tipo booleano.
En las telecomunicaciones, la paridad refiere al proceso de introducir un bit adicional (conocido como bit de paridad) al inicio de una transmisión de datos, algo que ayuda a descubrir y solucionar eventuales errores.
Asimismo no hay que pasar por alto que paridad es también un término muy importante dentro de lo que son los derechos de los ciudadanos. En este caso se emplea para referirse al hecho de que las mujeres también tienen derecho a ser votadas en unas elecciones, con el claro objetivo de poder representar al resto de sus vecinos.
De ahí que cada vez más se apueste por incentivar esa paridad. Es decir, porque en las listas de los partidos políticos para unos comicios las mujeres puedan tener la misma presencia que los hombres.
Por ese motivo, muchos coinciden en subrayar que la paridad se ha convertido en una herramienta para normalizar la vida civil de las mujeres, para conseguir la igualdad de géneros y, sobre todo, para lograr que ellas tengan los mismos derechos que los hombres.
Para la economía, la paridad suele tratarse de un valor que permite comparar una divisa con otra. Se habla de paridad de poder adquisitivo, por otra parte, para referirse al total de los productos y servicios generados en una región de acuerdo al valor de la moneda de una nación tomada como referente.