Perentorio es un adjetivo que permite nombrar al último plazo que se concede o a la resolución final respecto a un asunto. El término, por eso, se utiliza como sinónimo de concluyente, urgente, determinante o apremiante.
El origen etimológico del término procede del latín, más exactamente de la palabra peremptorius. Ella está compuesta de tres partes claramente diferenciadas: el prefijo per-, que es equivalente a “por completo”; el verbo emere, que puede traducirse como “obtener o comprar”; y el sufijo -torium, que viene a indicar “pertenencia”.
Por ejemplo: “El gobernador realizó un llamado perentorio para derrotar a la delincuencia antes de que se cobre nuevas vidas inocentes”, “El juez anunciará mañana el plazo perentorio para la presentación de pruebas”, “Se acerca el final del plazo perentorio para tramitar la licencia”.
Lo perentorio en el derecho
El uso más habitual de esta noción aparece en el ámbito del derecho. Una excepción perentoria es aquella que se falla en la sentencia definitiva, mientras que el término perentorio habla de aquello cuyo transcurso extingue el derecho de lo que, durante él, no se ejercitó. Un argumento perentorio, por otra parte, es el que no puede replicarse y que destruye cualquier objeción por anticipo.
Dentro de este, del sector judicial, tendríamos que establecer que se suele hablar de términos como sinónimos de plazos. Y es ahí donde nos encontramos con una gran variedad de ellos entre los que adquieren especialmente protagonismo dos grandes grupos: el concepto de perentorio o fatal y la noción de no perentorio.
El primero, como su propio nombre indica, se refiere al plazo que una vez transcurrido provoca que la persona que no hizo uso de él pierda el derecho correspondiente. Se identifica además porque no requiere de iniciativa alguna y porque para saber que es perentorio únicamente hay que tener en cuenta la ley. Y es que esta lo deja claramente establecido. Entre los ejemplos de leyes que tienen términos perentorios tendríamos que hacer referencia a la Ley Procesal de la Familia en España.
Un tipo de desafío
El concepto de desafío perentorio se usa en los juicios por jurado. Se trata del procedimiento utilizado para rechazar futuros jurados sin razón. Cada parte tiene permitido un número restringido de desafíos perentorios.
El desafío perentorio está justificado a partir del argumento que indica que, si ambas partes han contribuido en la conformación de jurado, éste podrá emitir un veredicto imparcial.
Para algunos juristas, los desafíos perentorios ponen en riesgo la representación equilibrada del jurado, lo que sí podría obtenerse a partir de una selección al azar. De todas formas, muchas jurisdicciones aún avalan el desafío perentorio por considerar que permiten configurar jurados favorables.
Libro «Antártica. Un desafío perentorio»
Además de todo lo expuesto, tendríamos que subrayar que dentro del ámbito de la literatura existe un libro que lleva por título “Antártica. Un desafío perentorio”.
Javier Lopetegui Torres es el autor de esta obra, publicada en el año 1986, en la que se realiza un repaso por las regiones de la llamada Antártica chilena.