Las estadísticas demográficas revelan un aumento sostenido de la población mundial.
Población es un concepto que proviene del término latino populatĭo. En su uso más habitual, la palabra hace referencia al grupo formado por las personas que viven en un determinado lugar o incluso en el planeta en general. También permite referirse a los espacios y edificaciones de una localidad u otra división política, y a la acción y las consecuencias de poblar.
Por ejemplo: «La población debería salir a la calle a reclamar que los dirigentes cumplan con lo prometido», «Deberíamos hacer algo para incrementar la población de la aldea», «El aumento de la población a nivel mundial es preocupante».
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ResumenLa población mundial
De esta forma, y añadiendo unos datos de interés, podríamos establecer que en la actualidad la población mundial supera los 7.000 millones de habitantes y que los países que en estos momentos se encuentran entre los más poblados de todo el planeta son China, India, Estados Unidos, Indonesia, Pakistán, Nigeria y Brasil.
En cuanto a continentes se refiere, Asia es el más poblado con más de 4.000 millones de ciudadanos; la segunda posición es para África con más de 1.000 millones; el tercer lugar le corresponde a América que supera los 900 millones; el cuarto puesto es para Europa que ha conseguido llegar a algo más de 700 millones y finalmente se encuentra Oceanía que no alcanza los 400 millones de habitantes.
El concepto en la ecología y en la sociología
Para la ecología, una población está formada por una agrupación de ejemplares de una cierta especie que comparten un hábitat. La sociología, en cambio, considera a las poblaciones como conjuntos de personas o de cosas que pueden analizarse a partir de la estadística gracias a la elaboración de muestreos.
Cabe resaltar que el estudio de las poblaciones, por lo general, se desarrolla según las leyes probabilísticas, por lo que las conclusiones de dichas investigaciones pueden no resultar susceptibles de aplicación a ciertos individuos. La disciplina que estudia a las poblaciones humanas recibe el nombre de demografía.
Los flujos migratorios generan cambios en la estructura de la población.
Población, biología y economía
Ante la tendencia que muestra un alza de la cantidad de gente que integra la población humana, diversas ciencias han expresado sus teorías y análisis. Desde la biología, se sostiene que el hombre no está en condiciones de regular su crecimiento numérico ya que actúa como cualquier otro ser vivo.
En este sentido hay que exponer que precisamente ese auge y crecimiento demográfico que se experimenta en el ámbito del número de la población de ciudades, de países y del mundo tiene su origen en muchas y variadas causas. No obstante, entre las más significativas se encuentra el hecho de que se ha producido un aumento de la esperanza de vida y una caída de la tasa de mortalidad como consecuencia del conjunto de avances médicos, tecnológicos y económicos que se van produciendo. Es decir, la consecución de una mejor calidad de vida.
Una razón a la que habría que añadir otras muchas de gran calado entre las que se halla, por ejemplo, el hecho de que se ha producido una mayor presencia de población joven que está en edad de dejar descendencia.
En el ámbito de la economía, el pensamiento marxista asocia el aumento de la población a las necesidades propias del trabajo y del sistema capitalista para contar con más trabajadores. La teoría cultural, en cambio, confía en que el ser humano, como animal racional, puede gestionar el crecimiento de la población a partir de diversas políticas de control de la natalidad, de la apelación a la anticoncepción y de la planificación familiar.
El crecimiento de la población mundial produce un mayor consumo de recursos naturales y amenaza la sostenibilidad.
La calidad de vida
Que haya cada vez más personas en el mundo exige que los gobernantes trabajen para garantizar la calidad de vida de toda la población. El ser humano vive más años que siglos atrás, con lo cual sus necesidades se prolongan o incluso surgen nuevas.
El acceso a la vivienda, por ejemplo, forma parte de los derechos humanos. El aumento de la densidad de población no debe derivar en más gente en situación de calle ni en hacinamiento.
El acceso a la atención médica también debe garantizarse a todos los individuos, así como el acceso al mercado laboral en el caso de los adultos en edad activa. La cuestión del trabajo va de la mano de la alfabetización y el nivel educativo: sin educación de calidad, es casi imposible desarrollarse profesionalmente.
El incremento de la población total que demuestra cada censo obliga a una nueva planificación urbana, con las infraestructuras y los servicios públicos necesarios para el desarrollo humano pero, a la vez, sin atentar contra el medio ambiente. De hecho, la huella ecológica debe ser minimizada para no contribuir al cambio climático y se necesitan acciones de saneamiento para la recuperación de los ecosistemas.
La calidad de vida, asimismo, puede vincularse con una convivencia pacífica. Más allá de la satisfacción de las necesidades, la globalización exige a la ciudadanía a aprender a tolerar la diversidad cultural, evitando la discriminación de las minorías y aceptando el multiculturalismo.
