El término poción deriva del vocablo latino potio, a su vez procedente de potāre (que se traduce como “beber”), y del sufijo “-cion”, que se usa para indicar “acción y efecto”.. La primera acepción del concepto que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) alude al líquido bebible.
La noción, de todos modos, suele usarse específicamente para nombrar al líquido formado por varias sustancias o componentes, sobre todo si se trata de un compuesto de uso medicinal.
La idea de poción se empleaba en la antigüedad para nombrar a preparaciones que se proporcionaban en cucharadas a individuos con diversos padecimientos físicos. Así existían las pociones estimulantes y las pociones antiespasmódicas, entre muchas otras.
Además había pociones, también conocidas como pócimas, que eran desarrolladas por los alquimistas. En el terreno de la ficción y de las leyendas populares, por otra parte, aparecen pociones creadas por brujos y hechiceros.
Al mezclar diversos ingredientes, en este marco, los personajes con poderes sobrenaturales crean pociones que pueden desde garantizar la vida eterna hasta propiciar el enamoramiento entre dos personas. Las pócimas aparecen en distintos clásicos de la literatura universal.
En “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”, por ejemplo, Lewis Carroll imaginó una poción que le permite a Alicia encogerse hasta medir unos pocos centímetros de altura. Otro ejemplo de poción aparece en “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”, el famoso libro de Robert Luis Stevenson, donde el Dr. Henry Jekyll bebe una pócima que lo transforma en el criminal Edward Hyde. También hay pociones en sagas como “El señor de los anillos”.
En la saga literaria, y posteriormente cinematográfica, de “Harry Potter” también tenemos que establecer el protagonismo que adquieren las pociones. Y es que en la escuela de magia Hogwarts se enseña a aquel y a los demás alumnos la utilidad que tienen las citadas en su mundo.
Precisamente una de las más famosas es la poción multijugos. Esta permite a la persona que la ingiere el adquirir la apariencia física de otra durante un tiempo determinado. Para prepararla se requiere hacer uso de ingredientes tales como crisopos, cuerno pulverizado, centinodia, sanguijuelas, antimonio, gusarajo y piel seca y desmenuzada de serpiente.
Asimismo, otro ingrediente principal es algo de la persona en la que uno se quiere transformar, como puede ser uno de sus cabellos.
Otra muy conocida también en el mundo mágico citado es la que lleva por nombre Amortentia, que se caracteriza por ser la poción de amor más fuerte y poderosa que existe. Quien la bebe siente un enamoramiento pleno hacia la persona que le ha dado a beber aquella. En concreto, llega a sentir una obsesión por ella.
No obstante, Harry Potter y los demás magos también aprenden a realizar otras pociones, tales como la alisadora, la poción antiparálisis, la poción para arpías y la poción de aliento de fuego. Y lo hacen a través de las indicaciones de determinados profesores, como sería el caso de Horace Eugene Flaccus Slughorn, que ejerció como tal durante cincuenta años.