El término pospretérito, aceptado por la Real Academia Española (RAE) como postpretérito, alude a un tiempo verbal. Se trata del tiempo también conocido como condicional simple.
Es importante recordar que los condicionales, en el ámbito de la gramática, son aquellos tiempos que ubican la acción expresada por el verbo en un punto que resulta anterior al momento de la expresión, aunque posterior a otro instante del pasado.
En el caso específico del condicional simple o pospretérito, la acción se expresa como si aún no hubiese terminado. Es habitual que el pospretérito se utilice para hacer referencia a un acontecimiento hipotético.
Gracias a la existencia de este tiempo verbal, podemos construir las llamadas oraciones condicionales, que resultan fundamentales en nuestra comunicación. Uno de sus usos más comunes es la justificación de una acción o bien de su omisión. Veamos a continuación algunos ejemplos de este tipo de oraciones:
«Si tuviera más tiempo, sin duda retomaría mis estudios», «Podría revisar mejor mis artículos si me los pidieran con más tiempo», «Sobra decir que si tuviera más dinero me compraría una casa más grande, pero con este trabajo jamás lo conseguiré».
Dependiendo del caso, es posible omitir el verbo subordinado (por ejemplo: «si tuviera más tiempo«), siempre que se pueda deducir por el contexto. En la oración «Renunciaría hoy mismo» puede entenderse que el verbo subordinado seguramente es «si pudiera».
El pospretérito, por lo tanto, se emplea para nombrar acciones futuras que se consideran desde el pasado. Además se usa para indicar posibilidades o probabilidades.
Veamos un ejemplo: “Después de que el presidente comunicara los nombres de los nuevos integrantes del gabinete, su secretario privado anunciaría su dimisión”. Como se puede advertir, “anunciaría” hace mención a un acto que se concretó en el pasado, pero después de otro (la comunicación de los nombres de los flamantes miembros del gabinete).
“Recién tras rezar un padrenuestro y un avemaría, el muchacho empezaría a preparar su cama” es otro ejemplo de pospretérito. El protagonista “empezaría” a organizar un ambiente para dormir luego de haber rezado, y no antes.
El pospretérito, por otra parte, sirve para enunciar especulaciones o conjeturas: “Alcanzaría con visitarlo más seguido para que Pedro volviera a estar tranquilo”, “Serían cerca de las once de la noche cuando sonó el teléfono”, “Me dijeron que la luz regresaría en dos horas”.
Este tiempo verbal se ubica en el modo indicativo, el cual contiene otros que permiten expresar ideas objetivas e informar al interlocutor, siempre desde el papel más importante. Los otros tiempos que podemos encontrar en este modo son los siguientes: presente, pretérito imperfecto (o copretérito), pretérito perfecto simple y futuro simple.
Las oraciones que podemos elaborar haciendo uso de estos tiempos son las fundamentales para la comunicación, y por eso se trata de los que primero aprendemos en nuestra infancia. Por ejemplo, en presente del modo indicativo podemos decir «tengo hambre», algo que un niño pequeño suele expresar a sus mayores; recién con el modo subjuntivo accedemos a ideas como «si me hubieran avisado con mayor antelación, habría podido preparar una exposición más extensa».
En el ámbito del periodismo es muy común encontrar titulares con los verbos en pospretérito para hacer referencia a situaciones o hechos que no pueden afirmarse, que no se conocen con certeza. Dependiendo de la fuente, hay quienes aprueban este uso y quienes lo rechazan por no responder a la definición del tiempo verbal. Por ejemplo, en una revista dedicada al mundo de los famosos puede leerse «el actor habría engañado a su pareja el pasado verano», queriendo decir «creemos que el actor engañó a su pareja el pasado verano».
