Poste es un término que procede del vocablo latino postis. Se trata de una columna, una madera, una piedra u otro elemento que se coloca de manera vertical y que sirve de apoyo o de señal.
Por ejemplo: «Ten cuidado con los postes: están señalizando que ocurrió un accidente algunos metros más adelante», «Un poste de luz se cayó por las fuertes ráfagas de viento y aplastó un automóvil», «El motociclista pudo esquivar al peatón, pero terminó impactando contra un poste».
Un poste, por lo tanto, puede brindar soporte a algo. Se conoce como poste de luz a aquél que permite el tendido del cableado eléctrico o que tiene un foco en su parte superior para iluminar un espacio público. Los alambrados, por otra parte, cuentan con postes que sirven para el despliegue de los alambres.
Los postes de luz
Los postes de luz son un elemento tradicional en muchas partes del mundo, uno de los pocos que ha sabido trascender los bruscos avances de la tecnología y las tendencias de la moda. Y es que los primeros faroles destinados a alumbrar la vía pública datan del siglo XVI, en Francia. Al principio, alrededor de 1520, los ciudadanos tenían la obligación de colgar una fuente de luz en sus puertas; unas tres décadas más tarde comenzaron a utilizarse los postes, aunque debían encenderse manualmente.
Poco a poco, se fueron organizando cuerpos dedicados a encender y apagar los faroles públicos de las ciudades. A comienzos del siglo XIX se implementó el alumbrado de gas, y durante un tiempo se mantuvo la necesidad de contar con faroleros para activar y desactivar cada poste. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que se adoptaran los primeros sistemas de encendido automático.
En 1875, gracias al trabajo de investigación y desarrollo de Pavel Yablochkov, originario de Rusia, aparecieron las primeras farolas eléctricas, conocidas también como velas Jablochoff o Yablochkov. La tecnología utilizada era arco eléctrico con electrodos de carbón que se valían de corriente alterna para garantizar que los electrodos ardiesen de manera regular. El primer poste que aprovechó este descubrimiento se instaló en París, en 1880, y más tarde fue llevado a Inglaterra y Estados Unidos, entre otros países.
Otros usos
Varias generaciones han disfrutado del alumbrado público y, como es de esperarse, han escrito interesantes historias alrededor de este elemento tan necesario como singular. El poste de luz puede despertar el sentido de romanticismo en algunas personas, dar seguridad a otras en medio de un camino peligroso durante la noche, o simplemente servir como punto de referencia a la hora de dar indicaciones para encontrar una calle en pleno día.
Por otro lado, son muchas las historias de animales abandonados que aparecen atados a un poste, a veces en zonas poco transitadas, lo cual lleva la crueldad a grados aún más difíciles de comprender. Es uno de los actos de cobardía más comunes del día a día en una ciudad, aunque sin duda existen ejemplos de más violencia, como cuando alguien arroja literalmente a un perro desde un coche en movimiento porque se ha cansado de él.
Poste en el deporte
Los palos verticales del arco (o portería) del fútbol también pueden recibir el nombre de postes. El palo horizontal, en cambio, se conoce como travesaño: «El delantero pateó desde mitad de cancha y la pelota se estrelló contra el poste», «Hemos tenido mala suerte: todos los disparos dieron en los postes», «El balón golpeó en ambos postes y después ingresó en el arco».
En el baloncesto o básquetbol, se conoce como poste a una posición que ocupan ciertos jugadores. El poste bajo es la zona más cercana al aro o cesto, por lo que allí suelen moverse el pivote o centro. De acuerdo a la cercanía, pues, puede hablarse también de poste medio o poste alto.