Con raíz etimológica en el vocablo latino praeclārus, preclaro es un adjetivo que suele emplearse para calificar a quien resulta admirable por sus facultades intelectuales. El individuo preclaro es insigne y reputado.
Algunos ejemplos
Veamos el término en contexto: “Mi abuela fue una mujer preclara que, un siglo atrás, contribuyó al progreso de este pueblo”, “Para salir adelante necesitamos más patriotas preclaros, como aquellos que lucharon por la independencia de esta nación”, “El preclaro filósofo español anunció que ofrecerá un seminario gratuito en la biblioteca local”.
Como podemos notar, en las tres oraciones de ejemplo se habla de personas ilustres, célebres, destacadas, que han o no conseguido fama y notoriedad por sus actos pero que fueron sin lugar a duda visionarias, que su paso por la tierra no fue en vano. Comencemos por analizar la primera, donde el emisor habla de las huellas que su abuela dejó en su pueblo; es evidente que por sus ideas, seguramente adelantadas a su tiempo, colaboró de una forma innegable con el desarrollo de todos los habitantes, marcando un hito en la historia de la región.
Seguidamente, hablamos de aquellas personas que se entregaron en cuerpo y alma a su patria de una forma que despierta admiración en quienes los recuerdan. Gracias su incansable trabajo, que en la mayoría de los casos incluyó poner en riesgo su propia vida, la nación del emisor logró independizarse. Sin embargo, este proceso no es instantáneo, y por eso desea que en la actualidad hubiera más individuos con dichas características para continuar creciendo como país.
La tercera oración nos presenta el anuncio de un seminario que estará a cargo de un filósofo español a quien el emisor considera preclaro, seguramente porque sus ideas y su trayectoria resultan intachables. Este adjetivo no lo recibe cualquier persona, sino solamente aquellas que consiguen destacarse por medio de una vida de mucho esfuerzo, dedicación y transparencia.
Personas preclaras en la historia
La escritora Emilia Pardo Bazán fue sin lugar a duda una mujer preclara, cuyo legado es fundamental para la historia de la literatura española. Desde pequeña sintió la necesidad de escribir, impulsada por su innegable pasión por las letras. Su primer poema, de hecho, lo escribió a los ocho años y siete años más tarde publicó su primer cuento. No tardó mucho en transformarse en un auténtico referente para sus coetáneos. Nótese que fue la primera mujer en haber trabajado en periódicos y revistas.
Puede decirse que Albert Einstein (1879–1955) fue un científico preclaro. Con su teoría de la relatividad general, modificó el entendimiento de la humanidad sobre el funcionamiento de la gravedad y favoreció un amplio desarrollo de la ciencia. Por sus aportes a la física fue distinguido con el Premio Nobel en 1921 y también alcanzó notoriedad por su lucha a favor del pacifismo.
Elizabeth Bishop, es una de las autoras fundamentales de la literatura lésbica. Sus habilidades en el manejo del lenguaje y la intensidad de su poesía nos indican que fue una escritora preclara, capaz de adelantarse a su tiempo y de conjugar de forma asombrosa estructura y mensaje.
Al escritor francés Julio Verne (1828–1905) también se lo puede calificar como un intelectual preclaro. A través de sus novelas de aventuras, anticipó la invención de las naves espaciales, el submarino y el helicóptero, entre otras máquinas.
Otra acepción
La noción de preclaro incluso puede usarse más allá de una persona. Si una socióloga, en un ensayo, describió con precisión un fenómeno social que recién se haría evidente varias décadas más tarde, puede decirse que su texto es un “ensayo preclaro”. Una determinada construcción, en tanto, puede mencionarse como un “ejemplo preclaro” de la arquitectura moderna debido a sus características. De una forma u otra, en definitiva, lo preclaro alude a algo o alguien digno de destacar.