Un préstamo hipotecario es aquel que apela a una hipoteca para garantizar el cumplimiento de la obligación. Se trata de un préstamo bancario en el cual la persona que acude a solicitar dinero (el prestatario) pone un bien inmueble como garantía: si no cumple con su obligación de pago, de este modo, el banco puede ejecutar la hipoteca y quedarse con la vivienda.
Cabe destacar que aquello que se presta se conoce como préstamo. La acción de prestar consiste en entregar algo a una persona, con la condición de que ésta lo devuelva en un plazo acordado y respetando ciertos requisitos. Hipotecario, por su parte, es algo vinculado con una hipoteca (el derecho que se aplica sobre un inmueble para que éste sirva como garantía de pago de cierta deuda).
Características de un préstamo hipotecario
El préstamo hipotecario permite acceder a una cantidad importante de dinero, ya que los valores de los inmuebles son elevados. Esto quiere decir que si una persona hipoteca una casa de su propiedad que está valuada en 50.000 dólares, puede recibir dicho dinero como préstamo. Si devuelve el dinero con los intereses correspondientes en el plazo acordado, su vivienda dejará de estar hipotecada y el sujeto podrá disponer nuevamente de ella sin ninguna traba.
En caso que el banco decida ejecutar la garantía por falta de pago, lo habitual es que se convoque a un remate judicial para proceder a la venta de la propiedad puesta en garantía. El dinero recaudado con el remate quedará en poder del banco para así cubrir la deuda que la persona no pagó.
La importancia de la planificación
Además del riesgo que conlleva el préstamo hipotecario, dado que se pone en juego una propiedad inmobiliaria, es importante resaltar su complejidad a nivel técnico, ya que conjuga ciertos aspectos legales y financieros que no todo el mundo tiene las herramientas para comprender. Por esa razón es vital planificar detenidamente cada paso antes de embarcarse en la solicitud.
Una vez que el interesado ha identificado las condiciones que espera encontrar en el préstamo hipotecario según sus necesidades personales, lo más recomendable es efectuar una comparación de las entidades financieras disponibles. Como se trata de un monto considerable, incluso las diferencias de porcentaje más pequeñas pueden dar paso a un ahorro importante. Entre los puntos destacados a tener en cuenta a la hora de escoger una entidad, se encuentran el plazo de amortización, el tipo de interés, las comisiones y cualquier otro gasto asociado a la operación.
La tasación inmobiliaria en el préstamo hipotecario
Luego de solicitar un préstamo hipotecario, la entidad financiera necesita llevar a cabo el estudio de viabilidad de la operación, para lo cual solicita al cliente (quien recibe el nombre de prestatario) una serie de documentos determinados.
La tasación de la propiedad inmobiliaria que se usará como garantía es uno de los puntos fundamentales del préstamo hipotecario, ya que a partir del valor que se desprenda de este análisis la entidad podrá determinar el importe máximo que está dispuesta a ofrecerle al cliente. Los profesionales de las Sociedades de Tasación Autorizadas son quienes se encargan de definir el valor de la vivienda, y para ello deben tener en cuenta factores tales como: su antigüedad, su ubicación, sus características (dimensiones, calidades, orientación, cantidad de pisos, comodidades, estado de conservación, etcétera), su situación legal de ocupación y su identificación registral.
Cuando la hipoteca ha sido solicitada formalmente, la entidad financiera debe entregar al prestatario un documento denominado oferta vinculante, en el cual se encuentran todos los detalles concernientes a la escritura del préstamo hipotecario, como las cláusulas que han sido negociadas entre ambas partes y aquellas que no. La hipoteca acarrea el pago de un impuesto, el cual suele tener un plazo máximo de pago de 30 días hábiles desde la firma.