Previsión es un término que procede del latín praevisio y que refiere a la acción y efecto de prever (conjeturar lo que va a suceder a través de la interpretación de indicios o señales; ver con anticipación; preparar medios para futuras contingencias).
Por ejemplo: “La previsión de la prensa era correcta: la pareja no duró ni tres meses”, “Me gustaría que se cumpliera tu previsión, pero creo que será algo complicado”, “Este año vamos a ganar 100.000 pesos, si no falla la previsión del contador”.
La previsión en la meteorología
El concepto de previsión es similar a la idea de pronóstico (conocer lo futuro a través de indicios). Las previsiones, por lo tanto, se utilizan en la meteorología para indicar qué sucederá con el clima en los siguientes días según las conclusiones del análisis de las condiciones atmosféricas.
Esto quiere decir que los expertos, al estudiar las imágenes satelitales, los vientos, la temperatura y otros datos, pueden prever si en un determinado territorio lloverá, habrá días soleados, nevará, etc.: “Las previsiones meteorológicas anticipan jornadas a puro sol en la ciudad de San Camilo”, “Si la previsión climática está en lo cierto, mañana disfrutaremos de un espectacular día de playa”.
Recurso para la organización
La previsión puede convertirse en un valioso recurso para organizar nuestra vida, ya que se puede aplicar en cualquier contexto y nos ayuda a enfrentar problemas que pueden acarrear graves consecuencias si no estamos preparados para atenderlos adecuadamente. Este concepto suele aplicarse al plano económico, ya que el dinero es la base de nuestra supervivencia en la sociedad actual, pero es perfectamente practicable incluso en cuestiones emocionales.
Dado que nuestra naturaleza nos impide conocer todos los sucesos que tienen lugar en el mundo e incluso a nuestro alrededor, resulta siempre recomendable tener una actitud activa frente a la vida, intentar aprender de nuestros éxitos y fracasos, y luchar por conseguir armarnos frente a los hechos imprevistos para impedir que echen a perder lo que hemos construido en un abrir y cerrar de ojos.
La previsión como anticipación
Según la RAE, una de las acepciones del sustantivo previsión es contar con lo necesario para poder resolver necesidades que podamos prever; esto hace referencia a aquellas situaciones a las cuales podemos anticiparnos, por mucho que a veces nos guste quejarnos de nuestra mala suerte para no hacernos cargo de nuestras responsabilidades.
Para hablar de previsión debe tenerse en cuenta el futuro y una acción que pueda alterarlo de una u otra forma. Por ejemplo, cambiar de puesto de trabajo es una decisión que puede convertirse en un salto a un mejor pasar económico, pero también en un error que nos deje sin ingresos después de un mes. No es posible conocer con certeza los resultados que tendrá cada una de nuestras decisiones, pero eso no indica que debamos evitar los cambios; por el contrario, tenemos que avanzar y probar, pero sin olvidarnos de preparar una estrategia por si nuestros planes no salen como esperamos.
Una conjetura
Una previsión también puede ser una conjetura sobre un determinado evento. En los días previos a la entrega de los Premios Oscar, los periodistas especializados realizan sus previsiones sobre quiénes serán los ganadores (“La previsión de John Volskty indica que la obra del cineasta francés se quedará con el galardón a la Mejor Película”).
Es importante aclarar que el término previsión no debe entenderse como sinónimo de pálpito, aunque este último forme parte de la primera, ya que para prever un acontecimiento es necesario basarse en un previo conocimiento y analizar una serie de variables para dar con el potencial resultado a través del razonamiento, a diferencia de sentir que algo ocurrirá sin saber por qué. En otras palabras, la previsión se desprende del estudio meticuloso mientras que el pálpito escapa a la razón.