Prole es un término procedente del vocablo latino proles que se emplea para nombrar a los descendientes de una persona. Partiendo de esta acepción, la noción de prole también se utiliza para nombrar a todo grupo de individuos que se forma a partir de características en común o de ciertos vínculos.
Por ejemplo: “Todo hombre de bien debe preocuparse por el bienestar de su prole”, “La madre fue separada de la prole por sus problemas de alcohol”, “El joven nunca dejó de soñar con el reencuentro con su prole, aún en los peores momentos”.
De prole a proletariado
El concepto, con el tiempo, derivó en proletariado. En el Imperio romano, se conocía como proletarii a aquellas personas que carecían de bienes y propiedades y que, por lo tanto, el único aporte que podían realizar al Imperio era enviar a sus hijos (es decir, a su prole) al ejército.
Sin embargo, no fue hasta las reformas de Cayo Mario que los ciudadanos de la clase más baja pudieron entregar a su prole para hacer crecer los ejércitos, ya que hasta ese entonces no tenían permitido el uso de armas. Dichas reformas comenzaron en el año 107 a. C., a cargo del general y político que les dio nombre; su importancia fue considerable en la formación de la legión romana, una estructura militar cuyo peso duró varios siglos.
Los proletarii no podían formar parte del ejército por varias razones, siendo su clase social la primera barrera imposible de derribar: pertenecían a la sexta clase, mientras que uno de los requisitos para alcanzar tal ocupación antes de las reformas de Cayo Mario era estar en una de las primeras cinco. Los otros dos eran utilizar sus propias armas y poseer propiedades por un valor mínimo de 3 mil sestercios (moneda de plata equivalente a un cuarto de denario, usada a partir del año 212 a. C.).
Impedir a la prole de la sexta clase formar parte del ejército, así como exigir al resto el cumplimiento de tan estrictos requisitos no sólo afectaba a aquellos que deseaban defender a su imperio y se sentían excluidos, sino que repercutía negativamente en la estabilidad del ejército de la República. Más aun, ante la falta de soldados, las situaciones de emergencia acarreaban un reclutamiento improvisado de personas que no contaban con la preparación necesaria para actuar en el campo de batalla.
La mirada de Marx
El filósofo Karl Marx tomó esta noción para el desarrollo de su idea de proletariado, dedicando esta denominación a las clases bajas que no tenían recursos. Los integrantes del proletariado sólo disponen de su fuerza de trabajo, que deben vender a quienes poseen los medios de producción. De allí surge el antagonismo entre el proletariado y la burguesía.
El proletariado, por lo tanto, vende su trabajo a cambio de un salario. Dicho salario alcanza para que los trabajadores subsistan y se reproduzcan: por lo tanto, al tener hijos e incrementar la prole, surgen nuevos trabajadores que deberán vender su fuerza de trabajo. La ganancia para el burgués está en que el valor generado por el trabajo del proletariado es superior al salario: esa diferencia, conocida como plusvalía, es la ganancia que se apropia el capitalista.
La sigla PROLE
Como sigla, PROLE representa las jornadas de Programación y Lenguajes, una conferencia auspiciada por la Sociedad de Ingeniería del Software y Tecnologías de Desarrollo de Software (Sistedes).
Este evento se organiza anualmente desde 2001 para propiciar a los investigadores españoles dedicados a los lenguajes y las técnicas de programación informática un espacio en el cual debatir acerca de los temas que más les interesan y divulgar sus trabajos. Es una manera de fomentar el intercambio y enriquecer la comunicación entre dichos profesionales.