
Para las propiedades coligativas no se admite como unidad de concentración a la molaridad sino a la molalidad.
Propiedades coligativas son, de acuerdo a la definición teórica, las particularidades físicas evidenciadas en una solución que no se vinculan a la naturaleza de las partículas disueltas sino a su cantidad. Es decir, son características que trascienden la clase de soluto y el origen de una disolución, dependiendo exclusivamente de la concentración existente respecto a las partículas de soluto.
Es interesante tener presente que los expertos en química emplean la noción de coligativo/a para aludir a fenómenos o cuestiones focalizados en cuántas partículas de soluto hay afectando el comportamiento de una cierta disolución. Cuando una propiedad de este estilo no refleja el comportamiento ideal de una solución se utiliza la idea de propiedad coligativa no ideal. Estas, motorizadas por la interacción entre moléculas, desencadenan lazos no lineales en asuntos como la concentración de partículas y la presión de vapor.
Tanto a nivel industrial como en la vida diaria resultan importantes las propiedades coligativas. Por esa razón, es necesario conocer qué y cómo son a fin de poder aplicarlas, comprenderlas y aprovecharlas, sabiendo que así como ofrecen ventajas y facilitan muchos análisis y tareas también plantean desafíos relacionados a su investigación y uso.

Tipos de propiedades coligativas
Al buscar información sobre clasificaciones y pluralidades de propiedades coligativas quedan al descubierto varias alternativas que describiremos a continuación.
Una de ellas es la presión osmótica. Así se conoce a la fuerza ejercida por una solución, a raíz de sustancias que se encuentran disueltas en ella, sobre una membrana de esencia semipermeable. La concentración de solutos, el volumen de agua y la temperatura son parte de los factores que condicionan a la presión osmótica.
Una sustancia líquida se convierte en sólida al ser expuesta a una determinada temperatura. Esta propiedad coligativa se conoce como punto de congelación, que en una solución es más bajo en comparación con el de un disolvente puro.
Otra de las propiedades coligativas es el punto de ebullición. Especialistas en este tema marcan que al haber soluto se incrementa el punto de ebullición y baja la presión de vapor asociada al solvente.
Al añadir a un disolvente un soluto no volátil queda al descubierto otra propiedad coligativa de una solución: la disminución de la presión de vapor. Este descenso de la presión de vapor cuando se le añade un soluto no volátil a un disolvente se estudia observando la tonicidad.

Las propiedades coligativas influyen sobre la presión osmótica, el punto de ebullición, la presión de vapor y el punto de congelación.
Aplicaciones
A las propiedades coligativas se les reconocen una amplia variedad de aplicaciones. Especialistas del ámbito de la salud, por ejemplo, las contemplan al momento de mantener a una temperatura baja (pero sin llegar al punto de congelación) un órgano destinado a un trasplante.
Para quienes elaboran helados, en tanto, es clave la propiedad coligativa asociada a la temperatura que lleva a posar la mirada en el descenso del punto de congelación.
Es constructivo saber, asimismo, que existen propiedades coligativas a través de las cuales puede evitarse el congelamiento de un líquido en el interior de un caño.
En el proceso de desalinización también está presente una de las propiedades coligativas, puntualmente la presión osmótica asociada a la ósmosis inversa.
Hacer el cálculo de un peso molecular; impedir la evaporación y el sobrecalentamiento de agua y realizar un proceso de destilación fraccionada para separar componentes de una solución son otras posibilidades que se abren en base al conocimiento de las propiedades coligativas.

Entre las propiedades coligativas de la materia aparece la elevación del punto de ebullición.
Factores que afectan a las propiedades coligativas
Hay distintos factores que afectan a las propiedades coligativas e influyen en ellas o las condicionan. Antes de describirlos es necesario resaltar que, en soluciones no ideales (es decir, en aquellas soluciones que no se enmarcan en los lineamientos de las soluciones ideales), existen rasgos que escapan a la normalidad, motivo por el cual se catalogan como propiedades coligativas anómalas.
Por señalar un caso concreto, entre las variables que repercuten sobre alguna de las propiedades coligativas aparece la fracción molar. Esta unidad de concentración da cuenta de la proporción que se evidencia entre moles de soluto y la cantidad de total que hay en una solución en cuanto a moles.
Las propiedades coligativas están condicionadas, asimismo, por la concentración de partículas. También el factor de Van’t Hoff resulta determinante para efectuar una medición vinculada al efecto que genera un soluto en las mencionadas propiedades coligativas.
Los iones presentes en una solución, en tanto, llegan a afectar las propiedades coligativas que poseen los electrolitos. No hay que perder de vista que en soluciones de no electrolitos las propiedades coligativas son dependientes de la cantidad de moléculas que se disuelven en un disolvente.