Cuando la distancia no supera los 45 centímetros, en proxémica se habla de «espacio íntimo».
La proxémica es una rama de la semiótica que se dedica a estudiar cómo se organiza el espacio en la comunicación lingüística. Se trata del análisis de las relaciones espaciales entre los seres humanos y entre las personas y las cosas durante una interacción, considerando la distancia corporal y la postura adoptada.
TemasPercepción y uso del espacio
Puede decirse que la proxémica, por lo tanto, investiga cómo se percibe y se utiliza el espacio, tanto personal como social. En toda charla se establece un marco que depende de un sistema de restricciones vinculadas al grupo social, la edad y el género, por ejemplo, en el cual la distribución del espacio refleja ciertos significados.
Es importante tener en cuenta que la capacidad de comunicación trasciende la habilidad lingüística dada por comprender una lengua. Más allá de las condiciones individuales, hay normas sociales y culturales vinculadas al espacio que pueden limitar dichas competencias.
Por otra parte, no hay que olvidar la comunicación es verbal (los signos que se transmiten a través del habla) y no verbal (gestos, postura corporal, etc.). La proxémica, determinada por cómo se usa el cuerpo con relación al espacio, forma parte de la comunicación no verbal.
Distancias proxémicas
Existen diferentes distancias proxémicas. Cuando dos personas interactúan a una distancia de hasta 45 centímetros, se crea un espacio íntimo que permite el contacto físico, tal como ocurre en las conversaciones entre miembros de una pareja, familiares o amigos muy cercanos. Si la separación entre los hablantes se sitúa entre los 46 y los 120 centímetros, se alude a una distancia personal, frecuente entre amigos no tan cercanos o entre compañeros de trabajo.
La distancia social o consultiva, de entre 121 y 360 centímetros, aparece entre individuos extraños o que tienen un escaso conocimiento entre sí. Finalmente, la proxémica reconoce una distancia pública de más de 361 centímetros que aparece en conferencias, discursos o interacciones similares.
Elementos proxémicos
De acuerdo con la teoría del investigador intercultural y antropólogo norteamericano Edward Twitchell Hall Jr., existen tres tipos de elementos que podemos distinguirn en la proxémica. Éstos sirven para que los individuos puedan estructurar sus espacios y se relacionan con sus respectivos entornos culturales. En primer lugar tenemos los elementos fijos, que hacen referencia a las configuraciones específicas de cada cultura así como a las que se vinculan al diseño del entorno.
El momento y el lugar afectan el modo en el que las personas percibimos los elementos fijos. De manera similar, si echamos un vistazo a la forma en la que el espacio está diseñado podemos comprender cómo funciona y se organiza una cultura en particular en el punto temporal de la observación. Tenemos también los elementos semifijos, gracias a los cuales es posible que los individuos influyan en la interacción con los demás valiéndose del entorno.
Entre compañeros de trabajo es más común la «distancia personal», con un máximo de 120 centímetros.
El psiquiatra británico Humphry Fortescue Osmond propuso dos conceptos que sirven para definir dos disposiciones del espacio extremas: el espacio sociofugal, con una tendencia a mantener a las personas aisladas, genera un sentimiento de soledad (algunos ejemplos comunes son las bibliotecas y los hospitales); el espacio sociopetal, en cambio, sí abre las puertas a la interacción. Una vez más, la cultura determina las diferencias entre estos dos espacios.
El tercer grupo es el de los elementos dinámicos, los cuales se centran en el modo en el que las personas usamos los elementos fijos y semifijos de la proxémica. Dicho de otra manera, el enfoque en este caso se da en la influencia que tenemos en la comunicación con los demás cada vez que realizamos variaciones en los elementos del espacio. Cabe mencionar que algunos de los principios en los que se basó Hall pertenecen a uno propuesto para la comunicación de los animales por Konrad Lorenz, Thomas Henry Huxley y otros etólogos.
