Un proyecto es un conjunto de acciones que una organización o un individuo ejecutan de forma coordinada con el objetivo de alcanzar una meta. Dichas acciones se encuentran relacionadas entre sí.
El adjetivo nacional, por su parte, hace mención a lo relacionado con una nación. El término suele utilizarse en oposición a extranjero.
La noción de proyecto nacional, en su sentido más amplio, refiere a una iniciativa que se ejecuta en la totalidad del territorio de un país o que aspira a llegar a todas las regiones de dicho territorio.
Proyecto nacional en el terreno de la política
El uso más habitual del concepto se encuentra en el ámbito de la política. Suele hablarse de proyecto nacional para nombrar a las medidas de un gobierno o las propuestas de un partido político que aspiran a contemplar los intereses y las necesidades de todos los habitantes de un país, sin centrarse en una única región y sin tener en cuenta las presiones extranjeras.
Un proyecto nacional, en este caso, pretende ser un programa político que tenga en cuenta los planteamientos de ciudadanos de distintas clases sociales, orígenes, zonas de residencia, etc. Distinto es el caso de un partido vecinal que no pretende convertirse en una fuerza representativa en toda la nación o la situación de un partido obrero que sólo representa a los trabajadores y no tiene intención de defender los intereses de empresarios, profesionales o estudiantes, por ejemplo.
Una mirada estratégica
Es importante considerar que, en ciertos contextos, atribuirse el impulso de un proyecto nacional es una cuestión estratégica. Los funcionarios de un gobierno pueden afirmar una y otra vez que forman parte de un proyecto nacional para destacar que se preocupan por la sociedad en su conjunto y para sostener que no hacen caso a las injerencias de países extranjeros.
El proyecto nacional apunta a satisfacer necesidades a nivel humano o social y puede perseguir diferentes objetivos, como ser disminuir el porcentaje de gente sin acceso a la vivienda, para lo cual se puede promover la construcción de un centro habitacional, o atender la falta de empleo, a través de la apertura de fábricas en las zonas más pobres para ofrecer muchos puestos de trabajo.
Un proyecto nacional con consecuencias negativas
Cabe mencionar que tras la naturaleza social de un proyecto nacional no siempre se encuentran objetivos finales beneficiosos para el ser humano o para el territorio en sí; un claro ejemplo de esto se da en la inauguración de plantas de armamento, ya que se trata de una decisión que interesa a la sociedad pero que no contribuye con el crecimiento o el desarrollo sino que apunta la destrucción, detrás de las promesas de defensa y protección.
El concepto de proyecto nacional también puede reconocerse en propuestas que involucran a más de un país, algo que suele tener lugar en la Unión Europea; en tal caso, su finalidad debe ajustarse a las diferencias culturales, económicas y sociales de los países asociados.
Consenso y plazos
Que un proyecto nacional se lleve a cabo para satisfacer los intereses y necesidades de un país no significa que todos sus habitantes estén de acuerdo con sus propuestas. La democracia permite que la gente haga públicas sus opiniones, pero siempre es la decisión de la mayoría, a veces influenciada o manipulada por el Gobierno, la que adquiere mayor peso e inclina la balanza a su favor.
Uno de los puntos fundamentales del proyecto nacional es el tiempo que tomará la consecución de cada uno de sus objetivos, ya que este factor condiciona inevitablemente la repartición de recursos y su ubicación en la escala de prioridades. Se debe llevar a cabo un proceso que estudie la viabilidad del proyecto en varios términos, como ser económicos, ambientales y sociales, y luego desarrollar los programas necesarios para su ejecución.