Un pterodáctilo es un animal volador ya extinto. Se trata de un reptil prehistórico que, según se desprende de los fósiles hallados en diversas regiones, poseía membranas similares a las que tienen actualmente los murciélagos.
TemasCaracterísticas generales
Los pterodáctilos vivieron hace cerca de 150 millones de años, en el periodo Jurásico. Sus restos han sido encontrados en diferentes zonas del continente europeo y de África.
Se cree que nunca han hallado un pterodáctilo adulto.
Se estima que el pterodáctilo medía aproximadamente 1,5 metros y tenía un cráneo alargado, con casi un centenar de dientes en su boca. Sus alas, en tanto, podían medir un metro y eran membranas compuestas por músculo y piel.
Para desplazarse en la superficie, los pterodáctilos se arrastraban con sus patas traseras mientras apoyaban sus alas. En cuanto a su vuelo, los científicos piensan que era lento por las características aerodinámicas de la especie.
Cabe resaltar que estos reptiles eran carnívoros. Se cree que se alimentaban sobre todo de especies invertebradas y de peces.
Su descubrimiento
El descubrimiento de huevos fosilizados de pterodáctilo permitió el desarrollo de un estudio que arrojó resultados esclarecedores sobre este animal. Para los especialistas, los pterodáctilos recurrían a nidos comunitarios para criar a sus descendientes. Las crías, por otro lado, podían caminar al nacer, aunque no estaban preparadas para volar debido a la falta de desarrollo de sus alas.
Es importante mencionar que los pterodáctilos no eran dinosaurios, sino que formaban parte de grupos evolutivos diferentes. Los cocodrilos y las serpientes están entre los parientes vivos más cercanos de estos reptiles que se extinguieron hace mucho tiempo.
Diferencias según su desarrollo
Así como podemos notar en otros de los pterosaurios hallados por los paleontólogos, los pterodáctilos suelen exhibir marcadas diferencias en sus características físicas de acuerdo a su edad o a cuán maduros hayan sido al momento de morir. Son varios los factores que varían en los fósiles de estos animales, y entre ellos podemos destacar los siguientes: la cantidad de dientes; el tamaño del cuerpo; la forma y el tamaño del cráneo; las proporciones de sus extremidades.
A lo largo de la historia, esta particularidad ha conducido a que se confundieran los fósiles de distintas edades o estadios de crecimiento con restos de especies diferentes o, mejor dicho, como evoluciones de la misma. Fue recién después de que los científicos llevaran a cabo profundos estudios con métodos avanzados que pudieron entender que se trataba de una sola especie, y que sus individuos simplemente evidenciaban una curva de crecimiento con muchos cambios.
Con respecto a la cantidad de dientes, hoy en día sabemos que los pterodáctilos tenían muy pocos en su juventud (el número mínimo conocido hasta el momento es quince) y que su base era bastante amplia. Con el paso de los años, la base se estrechaba y la cantidad se multiplicaba hasta superar los noventa dientes.
Grupos por edad
Se han establecido tres grupos de pterodáctilos según su edad, algo que se cimentó en las diferencias y los cambios antes mencionados. Comencemos por el primer grupo, cuyos especímenes tienen cráneos de una longitud que va desde los 15 hasta los 45 milímetros.
Los pterodáctilos no eran dinosaurios, aunque aparezcan en películas y documentales junto con ellos.
Estas dimensiones aumentan hasta duplicarse en el segundo grupo, que contiene pterodáctilos cuyos cráneos pueden medir entre 55 y 95 milímetros. Cabe señalar que todavía estamos en una etapa de relativa inmadurez; de hecho, si bien en un punto de la historia algunos de ellos fueron catalogados como «adultos», finalmente los científicos determinaron que todos ellos son inmaduros.
En el tercer grupo se encuentran los pertenecientes a la especie Pterodactylus antiquus, la única reconocida en la actualidad y otros que en su momento formaron parte de la Pterodactylus kochi. Incluso los especímenes de este grupo se consideran inmaduros, ya que los paleontólogos nunca han hallado uno adulto o completamente desarrollado.
