Quintil es un término que procede del vocablo latino Quintīlis. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), así se denominaba al quinto mes del año en el primer calendario romano.
Dicho calendario fue ideado en la Antigua Roma como un sistema para la división del tiempo. Se empleó hasta el año 46 antes de Cristo, cuando Julio César ordenó modificarlo y así surgió el calendario juliano.
En este calendario romano primitivo, quintil era el quinto mes. Con el paso de los años, el rey Numa Pompilio incorporó dos periodos, convirtiendo a quintil en el séptimo mes, siendo equivalente a julio en el calendario gregoriano.
La idea de quintil, en la actualidad, suele aparecer en el terreno de la economía. En este caso, se emplea para calificar a los sectores de la población de acuerdo a sus ingresos.
Así, se debe ordenar a la población desde el sujeto más pobre hasta el más rico. Luego hay que dividir a la población en cuestión en cinco partes de igual cantidad de integrantes. Esto permite obtener cinco quintiles, que están ordenados de acuerdo al nivel de ingresos. El primer quintil representa a las personas más pobres de la sociedad, mientras que el quinto quintil equivale a los habitantes más acaudalados.
Es importante mencionar que existen otros términos complementarios, que nos permiten dar nombre a los conceptos que rodean al de quintil. Así como éste, que sirve para representar una distribución en cinco partes iguales, también podemos hablar de tercil, cuartil, sextil, decil y vigintil, según la distribución se divida en tres, cuatro, seis, diez o veinte partes, respectivamente. Existen varios más, ya que se trta de palabras que se forman con una raíz que indique el valor numérico y la terminación -til.
Como curiosidad lingüística, podemos enfocarnos durante un momento en el paso del inglés al castellano de este tipo de palabras, en especial de su terminación. En inglés, por lo general se usa -tile (que en algún caso se reemplaza por -cile), y esto lleva a los científicos de nuestra lengua a dudar entre dos posibles caminos: -til, como hemos visto en el párrafo anterior, y -tilo.
¿Por qué usar uno u otro? Comencemos por -til, que es después de todo el que completa el término quintil. En la lengua inglesa podemos encontrar varios ejemplos de adjetivos que terminan en -tile y en español, en -til, como ser los siguientes: contráctil, eréctil, dúctil, infantil, fértil, pulsátil, táctil, retráctil y volátil; todos ellos derivan de construcciones anglosajonas que incluyen la letra e al final. Dado que quintil en inglés se escribe quintile, se entiende que algunos científicos opten por la versión con el sufijo -til.
Sin embargo, dado que otras palabras que en inglés terminan en -ile pasan a usar el sufijo -tilo en español (como ser acentronitrilo, basófilo, neurópilo y neutrófilo), es posible referirse al concepto de quintil como quintilo. Esto mismo se extiende a los otros, mencionados más arriba, de manera que obtenemos tercilo, cuartilo, sextilo, decilo y vigintilo.
De manera similar, la noción de quintil se usa en la estadística cuando la distribución se divide en cinco partes. Por lo tanto, un quintil es equivalente al 20% del total.
Quintil, por último, era el nombre que los aborígenes daban al valle que se encuentra atravesado por el estero San Francisco (o Quilpué) en el actual territorio de Chile. Allí habitaban los picunches antes de la conquista europea.
Entre las actividades típicas de los picunches se encontraban la caza de lobos marinos y la pesca, que llevaban a cabo para más tarde vender sus presas a los habitantes de otros valles.
