Radicación es el proceso y el resultado de radicar. Este verbo, por su parte, se refiere a lo que dispone de arraigo en un determinado lugar.
Por ejemplo: “La radicación de la empresa en el polo industrial debe hacerse en la Secretaría de Producción”, “Los hechos muestran que la radicación en suelo australiano no fue una buena idea para la familia González”, “Tenemos que luchar contra la radicación de esos hábitos nocivos en nuestra comunidad”.
La radicación en las matemáticas
En el campo de la matemática, se conoce como radicación a la operación que consiste en obtener la raíz de una cifra o de un enunciado. De este modo, la radicación es el proceso que, conociendo el índice y el radicando, permite hallar la raíz. Ésta será la cifra que, una vez elevada al índice, dará como resultado el radicando.
Para comprender estos conceptos, por lo tanto, hay que reconocer las partes que forman un radical. La raíz es el número que, multiplicado la cantidad de veces que indica el índice, da como resultado el radicando.
Calculando la raíz
Supongamos que nos encontramos con un radical que muestra la raíz cúbica de 8. Tendremos el radicando (8) y el índice o exponente (3, ya que es una raíz cúbica). A través de la radicación, llegamos a la raíz: 2. Esto quiere decir que 2 elevado al cubo (2 x 2 x 2) es igual a 8.
Como puede advertirse, la radicación es una operación que resulta inversa a la potenciación: retomando el ejemplo anterior, vemos que multiplicando 2 x 2 x 2 (2 elevado al cubo) llegamos a la raíz cúbica de 8.
Complejidad de la radicación
La radicación es una operación un tanto particular, en cuanto a que no es muy fácil de resolver si no se cuenta con una calculadora o, por el contrario, con habilidades avanzadas para las matemáticas. Mientras que si vemos una suma, una resta o una multiplicación podemos proceder a efectuarlas en una hoja haciendo uso de técnicas básicas, la radicación puede dejarnos perplejos dado que a simple vista no parece haber modo de relacionar su radicando con el índice para obtener un resultado.
Como si fuera poco, la manera efectiva de calcular una raíz es a través de las funciones exponencial (la función real que consiste en elevar el número de Euler, 2,71828 aproximadamente, a la x) y logaritmo (se aplica a un número en una base determinada y es el exponente al que se debe elevar la base para dar dicho número), conceptos que la mayoría de la gente no domina y para lo cual es casi indispensable una calculadora o un ordenador.
Partiendo de la ecuación de radicación, se puede llegar a expresarla como e elevado al logaritmo de x (el radicando) sobre n (el índice). El punto débil de dicho procedimiento es que no resulta útil para los números negativos, ya que el logaritmo usual sólo se puede aplicar para números que van de cero a más infinito.
Su vínculo con la potenciación
Dado que la radicación no es otra cosa que una forma diferente de representar una potenciación, las propiedades de esta última también se cumplen en la primera. El único requisito es que el radicando sea positivo. Por ejemplo:
* la raíz de un producto equivale a multiplicar las raíces de los factores, siempre que éstas existan,
* la raíz de una fracción también se puede expresar como la división de la raíz del numerador por la del denominador;
* la raíz de una raíz es igual a multiplicar los índices entre sí sin alterar el radicando;
* potencia de una raíz equivale a elevar el radicando a la potencia en cuestión.