Los rasgos físicos ayudan a reconocer e identificar a cada persona.
Se conoce como rasgo a una característica o una particularidad. Lo físico, en tanto, alude a lo corporal o a la constitución exterior de un individuo.
Los rasgos físicos, por lo tanto, son las propiedades, particularidades o cualidades que pueden observarse en el cuerpo de una persona. El color de los ojos y del cabello, la contextura y la altura, por ejemplo, son rasgos físicos.
TemasLos rasgos físicos, señas de identificación y reconocimiento
Cada rasgo físico forma parte de la apariencia de un ser humano. Son señas que ayudan a la identificación y al reconocimiento debido a que pueden apreciarse a simple vista. Claro que en muchos casos no son suficiente evidencia para saber si la persona que tenemos frente a nosotros es realmente la que buscamos, porque en el mundo existen muchas que presentan un gran parecido entre sí.
De este modo, cuando se busca a un joven desaparecido o al sospechoso de un delito, por mencionar dos posibilidades, es habitual que se den a conocer sus rasgos físicos para que todos los miembros de la sociedad estén en condiciones de colaborar con la búsqueda. Si se pretende hallar a un hombre de unos 40 años con cabello castaño y ojos celestes, contextura delgada y una altura aproximada de 1,70 metros, esa enumeración de rasgos físicos resulta útil para encontrar al sujeto en cuestión.
La diversidad
A simple vista, podemos señalar ciertos rasgos físicos comunes a cada región, de cada país, aunque esta generalización tiene una validez muy escasa. Por ejemplo, tendemos a pensar que los alemanes son rubios y tienen ojos claros, pero en la realidad encontraremos gente muy diversa en Alemania. Esto se da por dos motivos principales: la inmigración y la unión de personas nativas con extranjeros que ha dado lugar a una diversificación de las razas en casi todo el mundo.
El tema de los rasgos físicos es fascinante desde el punto de vista de la genética, porque siempre encontramos nuevas combinaciones de formas y colores. Salvo para las personas que dedican su energía a odiar a quienes no se parecen a ellas o piensan de otro modo, la diversidad es un espectáculo que nos brinda la naturaleza en todos sus ámbitos y que le da un colorido sin igual a la vida. Imaginemos por un segundo cuán aburrido sería nuestro día a día si todos tuviéramos el mismo aspecto.
Es importante mencionar, por último, que los rasgos físicos muchas veces se asocian a estereotipos. Vincular un color de piel a la delincuencia o un tono de cabello a una capacidad intelectual reducida son prácticas frecuentes que carecen de lógica y que resultan dañinas a nivel social por la estigmatización que generan.
La prosopografía y la etopeya
Cabe destacar que la descripción de los rasgos físicos se conoce como prosopografía. Si la descripción se centra en lo psicológico o en los valores morales, se habla de etopeya. La prosopografía y la etopeya, a su vez, se combinan en el retrato.
A la descripción de los rasgos físicos se la conoce como prosopografía.
En el ámbito de la literatura, la prosopografía hace referencia a la descripción de la estatura, las facciones y la contextura, entre otros rasgos físicos. Desde sus orígenes sirvió para complementar la elaboración de las biografías, ya que permite contextualizar a la persona en un colectivo social.
Volviendo a la etopeya, nos ofrece una mirada más característica del individuo, ya que analiza su carácter, su forma de ser, algo que no necesariamente se relaciona con el entorno social. Una descripción física no nos dice quién es el sujeto; una psicológica, en cambio, sí.
