Del latín redactio, redacción es el proceso y el resultado de redactar (plasmar algo por escrito). El término también se utiliza para nombrar al espacio físico en el que se redacta y al equipo de periodistas que se dedica a escribir para una determinada publicación.
Comercial, por su parte, es un adjetivo que se refiere a lo que está vinculado a un comercio (el establecimiento que ofrece ciertos productos a la venta o la actividad económica de compra y venta de bienes).
La noción de redacción comercial, por lo tanto, menciona la tarea que lleva a cabo un redactor cuando crea un texto que tiene como fin promover la venta de un producto o de un servicio.
Principios de la redacción comercial
El redactor comercial debe cuidar todos los aspectos básicos de cualquier redacción (reglas ortográficas, estilo, coherencia interna, etc.) pero, además, tiene que tener en cuenta que su mensaje busca persuadir al lector acerca de las bondades de lo que está a la venta.
La redacción comercial debe ser clara: la gente tiene que poder interpretar el mensaje con facilidad. Si en una primera lectura la persona no comprende qué se está diciendo, lo más probable es que no vuelva a leer el texto y que, por lo tanto, no preste atención a los productos o servicios mencionados.
Por todo esto, resulta importante determinar a quién está dirigido el mensaje que se pretende difundir a través de la redacción comercial. Debido a que no todas las personas tienen las mismas capacidades para decodificar los mensajes, lo mejor es centrarse en un cierto target (el grupo antes mencionado al cual se desea dirigir el mensaje) y escribir pensando en él, aún cuando se intente que el mensaje tenga el mayor alcance posible.
La importancia de evitar los errores
Aunque parezca difícil de creer, un mínimo error en la manera de presentar un producto al público puede resultar en su fracaso comercial o, en el mejor de los casos, en una percepción imprecisa del mismo que lleve a mucha gente a creer que se trata de otra cosa o que carece de ciertas prestaciones que en verdad tiene. No importan los esfuerzos de una compañía por corregir la percepción inicial, un porcentaje de personas nunca volverán a mostrarse abiertas si el primer mensaje no las convenció.
Para evitar llegar a este punto tan devastador para una empresa, existen muchos consejos a seguir a la hora de efectuar una redacción comercial, algunos de los cuales se listan a continuación:
* tener claras las ideas antes de comenzar a escribir. Esto se relaciona con lo dicho anteriormente, ya que para comunicar de forma efectiva un mensaje debemos entenderlo y ser capaces de resumirlo a la perfección;
* antes de embarcarse en el cuerpo del texto es recomendable preparar los títulos y subtítulos, para articular con más precisión y de manera más impactante el mensaje;
* no temer la elaboración de un borrador, ya que siempre hay tiempo para la edición y el recorte. Es esencial plasmar cuanta idea nos venga a la mente, en lugar de comenzar a escribir recién cuando damos con algo que nos convence;
* la redacción comercial también depende de la inspiración y por eso no sirve de nada forzarnos a escribir si no notamos una dirección clara. En otras palabras, un descanso en medio de un momento de poca productividad puede ser clave para encontrar las palabras perfectas más tarde;
* eliminar todo el contenido innecesario. Cualquier palabra o frase redundante puede dificultar la comprensión del mensaje, por lo cual uno de los secretos de la redacción comercial es buscar la síntesis a cada paso;
* provocar a los potenciales consumidores pero solamente prometer aquello que podemos cumplir, ya que la mentira tiene un coste demasiado elevado a largo plazo.