Refinanciamiento es un término que no está incluido en el diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto deriva de financiamiento, que es la acción y el resultado de financiar (solventar un gasto, conceder el capital que se necesita para algo). Ese verbo, a su vez, podemos establecer que deriva del francés financer, que puede traducirse como “sufragar una deuda” y que emana del latín finis, sinónimo de “fin”.
Conociendo el significado de financiamiento y financiar, y a partir de la inclusión del prefijo re-, podemos afirmar que el refinanciamiento consiste en volver a financiar. La noción suele utilizarse específicamente cuando se introducen cambios en las condiciones de un financiamiento ya otorgado.
En qué consiste el refinanciamiento
Lo habitual es que el refinanciamiento consista en una reducción de la cuota que se paga y en un recorte de la tasa de interés, permitiendo que el deudor pague el préstamo en un plazo más extenso. El objetivo es adaptar la devolución del crédito a los ingresos reales de quien debe saldar la deuda para que ésta no resulte impagable.
El deudor, por lo tanto, solicita un refinanciamiento cuando necesita pagar menos en cada cuota o cuando desea recortar el interés que pagará al finalizar el crédito. Para el acreedor, aceptar el refinanciamiento es una forma de facilitar el pago del préstamo al deudor, reduciendo el riesgo de impago. En otras palabras: el acreedor acepta recibir menos dinero del acordado en el financiamiento original ya que prefiere asegurarse ese ingreso y no que el deudor deje de pagar.
En algunos casos, el refinanciamiento incluso contempla un periodo de gracia en el cual el deudor no tiene la obligación de pagar la cuota de la deuda, con el fin de que pueda ordenar sus finanzas o generar recursos.
Su vínculo con los créditos hipotecarios
En el ámbito de las hipotecas es donde, de manera más frecuente, se habla de refinanciamiento. En concreto, se establece que las personas que tienen un crédito hipotecario deben pensarse seriamente un refinanciamiento del mismo por varias razones de peso:
- Para ajustar el plazo de la hipoteca, ya sea para incrementarlo o para reducirlo.
- Para reducir la tasa de interés.
- Para cambiar de una tasa de interés variable a una fija.
- Para obtener efectivo de la equidad construida en la casa en sí.
- Para conseguir una tasa variable mejor, con unos términos y plazos mucho más adecuados y favorables.
No obstante, los expertos en la materia coinciden en señalar que, antes de solicitar un refinanciamiento, se hace necesario analizar bien la situación. Por eso, hay que estudiar bien el momento, el crédito de la hipoteca que se tiene, el instante que está viviendo el mercado y, por supuesto, hacerlo de manos de profesionales y asesores que estén capacitados y cualificados al respecto.
Asimismo, se establece que cuando se desee acudir al banco para solicitar un refinanciamiento del crédito hay que hacerlo aportándole tanto las razones que llevan a pedirlo como también un plan concreto, en el que quede claro cómo se prevé hacerle frente al pago y el objetivo que se ha fijado al respecto.