Residencia es un término que procede del latín residens y que hace mención a la acción y efecto de residir (estar establecido en un lugar, asistir periódicamente por razones de empleo). Puede tratarse del lugar o domicilio en el que se reside.
Por ejemplo: “Juan ha decidido fijar su residencia en San Isidro”, “Dígame su lugar de residencia, por favor”, “Para pedir un crédito en este banco tiene que establecer su residencia en la provincia”.
La residencia como vivienda
Una residencia también es una casa o vivienda. El concepto suele usarse con relación a las construcciones lujosas y de categoría, como una mansión: “El empresario celebró una fiesta en su residencia frente al mar”, “Al ingresar en la residencia, el joven quedó asombrado ante la decoración y los objetos de oro”, “La residencia del empresario fue asaltada por encapuchados que tomaron como rehén al cuidador”.
La residencia puede ser incluso un espacio dentro de un edificio o una construcción independiente pero que pertenece a una entidad cuyo fin principal difiere del alojamiento: “Mañana habrá una fiesta en la residencia de alumnos de la universidad”.
El concepto en la medicina y como institución
En otro sentido, residencia es una condición profesional y administrativa de los médicos u otros profesionales de la salud.
La institución que brinda alojamiento a ciertos grupos de personas (establecidos según su edad, su ocupación, su estado de salud, etc.) también recibe el nombre de residencia: “El intendente visitó una residencia de ancianos y prometió un aumento de la jubilación”, “Incendio en una residencia de estudiantes deja a tres jóvenes heridos de gravedad”.
Residencia de ancianos
Las residencias de ancianos (también llamadas de personas mayores) son centros que reciben en forma temporal o permanente a personas de la tercera edad que dependen de ciertos cuidados para su subsistencia. Entre los profesionales con los que cuentan para la atención de sus residentes, se encuentran médicos con especialización en geriatría, enfermeros, fisioterapeutas, trabajadores sociales, logopedas y cocineros.
Además de los conocimientos técnicos propios de cada campo, los trabajadores de un centro de este tipo deben recibir una formación constante, según la normativa vigente, para garantizar la idoneidad en el desempeño de sus tareas a lo largo de su compromiso con la institución y los residentes. Cabe mencionar que el número de profesionales debe ser directamente proporcional a la cantidad de plazas disponibles, dado que deben tratar con individuos que, en muchos casos, requieren de mucha atención.
Características de estos alojamientos
Los servicios ofrecidos en una residencia de ancianos son muy variados, aunque existe una serie de requisitos establecidos por Ley: la manutención, la inserción en un grupo social, la estimulación de sus habilidades y la terapia ocupacional. Por otro lado, se encuentra la atención médica y psicológica, incluyendo la administración de medicamentos y la terapia con los seres queridos.
Es importante resaltar que la acreditación como centro libre de sujeciones indica que una residencia no recurre a la fuerza para contener y tranquilizar a aquellos residentes que poseen un deterioro cognitivo avanzado. Por otro lado, el uso de fármacos con el mismo objetivo tampoco resulta ético; es esencial asegurarse de que la persona reciba un trato compasivo antes de decidirse por un centro.
Los perfiles de los residentes pueden ser muy variados, y en muchos casos los jóvenes optan por la internación para no hacerse cargo directamente de sus mayores; por duro que parezca, las residencias contemplan esta posibilidad tan nítidamente como los casos de dependencia importante a causa de un gran deterioro de las capacidades funcionales. Fuera de los conflictos familiares, algunos ancianos ingresan para rehabilitarse de traumas físicos, tales como fracturas óseas, por encontrarse en estado vegetativo o padecer una enfermedad terminal, o por estar solos en el mundo y sin recursos para valerse por sí mismos.