Reversión es un término de nuestra lengua que proviene del vocablo latino reversĭo. Se trata, sobre todo en el ámbito del derecho, del proceso y la consecuencia de revertir. Este verbo se refiere a regresar una cosa al estado que tenía antes o a dejar sin efecto un cierto cambio.
Por ejemplo: “Los vecinos pidieron la reversión de la concesión del servicio ante su mal funcionamiento”, “La reversión de los retiros forzados fue una decisión del presidente”, “El fiscal pidió la reversión de la libertad condicional debido al comportamiento peligroso del condenado”.
La reversión psicológica
En ciertas ramas de la psicología, se denomina reversión psicológica a la diferencia que existe entre aquello que una persona desea de manera consciente y las acciones que lleva a cabo en realidad para satisfacer dichos deseos. Esto se ve en los individuos que no hacen algo aún sabiendo que el resultado de la acción puede acarrear un beneficio, o en los sujetos que siempre posponen la realización de aquello que, sin embargo, quieren concretar.
En este contexto, también se habla de los autosabotajes. Pueden observarse los siguientes síntomas, además de los mencionados en el párrafo anterior: hacer cosas que acarreen problemas, tanto en el plano emocional como laboral o profesional; permitir que los demás se aprovechen de uno; y sentirse atrapado, en un callejón sin salida.
La reversión psicológica se puede entender como una entidad que sabotea nuestros planes desde nuestro interior, y mientras se encuentra activa no es posible eliminar del todo la angustia emocional, los pensamientos negativos o autodestructivos ni las experiencias que nos llevan a sentirnos de ese modo. Actuar de esta manera, evitando aquellas vivencias que sabemos nos harían felices y yendo hacia las que nos producen sufrimiento, no consigue otra cosa que sensaciones tales como la culpa, el autorechazo, la vergüenza y la autocrítica, lo que desemboca en que nos aislemos de nuestro entorno.
Se trata de un trastorno muy común, aunque las personas que lo padecen no siempre lo exterioricen de manera que sea fácil detectarlo sin conocimientos de psicología. En el fondo, la reversión psicológica las lleva a creer que no merecen la felicidad, o bien que no pueden alcanzar los objetivos antes mencionados, y por eso se castigan a ellas mismas, y todo esto empeora aún más la situación. Es un mecanismo que se alimenta de sus propias consecuencias, con lo cual se convierte en un peligroso ciclo del cual es muy difícil salir sin la ayuda adecuada.
Una modificación de la orientación del campo magnético
La reversión geomagnética, por otra parte, es una modificación de la orientación del campo magnético de la Tierra que invierte las posiciones del polo sur y norte magnético. La última reversión de este tipo tuvo lugar hace unos 780.000 años y se denomina Brunhes-Matuyama, en honor a dos físicos que realizaron importantes descubrimientos y aportes al paleomagnetismo (disciplina del geomagnetismo que estudia el campo magnético terrestre). Este tipo de fenómenos se extienden a lo largo de cientos de milenios y, por lo general, acarrean un debilitamiento del campo magnético prolongado, tras lo cual suele recuperarse rápidamente cuando se establece la nueva orientación.
A lo largo de la historia conocida de nuestro planeta, se sabe que las reversiones geomagnéticas han tenido lugar de forma muy esporádica, entre una y cinco veces por cada millón de años. Sin embargo, también hay indicios de períodos en los cuales la estabilidad del campo magnético terrestre duró varias decenas de millones de años. Por otro lado, también hay ejemplos de reversiones que ocurrieron espaciadas por no más de 50.000 años.
Reversión en la música
En el ámbito de la música, se conoce como reversión a la creación y la presentación de una nueva versión de una canción.
En 2003, por ejemplo, el músico argentino Gustavo Cerati lanzó un disco titulado “Reversiones: Siempre es hoy” que, como su título lo indica, está formado por versiones diferentes de los temas que ya había incluido en “Siempre es hoy”.