Revolución es una noción que proviene del latín tardío revolutio. El concepto puede usarse para aludir a un cambio abrupto y profundo de la organización social, económica y política de una nación.
También se llama revolución al proceso que lleva a concretar dicha modificación. Los revolucionarios son quienes impulsan y concretan un levantamiento que apunta a la toma del poder para establecer una nueva estructura.
El adjetivo cubano (cubana, en su versión femenina), en tanto, refiere a aquel o aquello originario de Cuba. Este país insular del continente americano se encuentra en el mar Caribe, en la zona conocida como Antillas.
Qué es la Revolución cubana
Se denomina Revolución cubana al movimiento que, con Fidel Castro como líder, derrocó al gobierno dictatorial de Fulgencio Batista a fines de 1958. La expresión alude tanto a la serie de acciones que derivaron en la caída de Batista como al modelo comunista que se instauró en 1959 y sigue vigente.
Cabe destacar que, de acuerdo a la Real Academia Española (RAE), el término “Revolución” se escribe con mayúscula inicial, pero “cubana” con minúscula. Esto se debe a que, en los nombres de las revoluciones, se recomienda la escritura con mayúscula inicial de las diversas palabras excepto cuando se trata de adjetivos gentilicios. Por eso se alude a la Revolución cubana, la Revolución francesa, la Revolución de Octubre o la Revolución de Mayo, por ejemplo.
Sus orígenes
Los antecedentes de la Revolución cubana están vinculados a la lucha independentista de esta nación caribeña. Los enfrentamientos ante los españoles primero y luego con los estadounidenses forjaron una tendencia nacionalista.
En este marco adquiere relevancia el pensamiento de José Martí, quien ya señalaba lo negativo de la injerencia de Estados Unidos en Cuba y en el resto de América Latina. Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano en 1892 y presentó numerosos textos con su pensamiento político.
La Revolución de Guatemala en 1944 y el ascenso al poder de Juan Domingo Perón en la República Argentina fueron dos sucesos que, en cierta forma, marcaron el recorrido de Fidel Castro, quien junto a otros revolucionarios se propuso derrocar a Fulgencio Batista. Hay que tener en cuenta que Batista estaba en el poder gracias a un golpe de Estado que había perpetrado en 1952 y que le permitió iniciar una dictadura afín a Estados Unidos y con estrechos vínculos con la mafia de esa potencia.
La Revolución cubana y la toma del poder
El Movimiento 26 de Julio fue el grupo político armado que organizó las pretensiones revolucionarias. Se estableció en 1953 para luchar contra Batista, reuniendo a Fidel Castro, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos y Ernesto «Che» Guevara, entre otros.
A bordo del yate Granma, los integrantes del Movimiento 26 de Julio partieron el 25 de noviembre de 1956 desde México con rumbo a Cuba para derrocar al dictador. Una vez en suelo cubano, iniciaron una guerra de guerrillas.
Entre el 31 de diciembre de 1958 y el 1 de enero de 1959, los guerrilleros finalmente alcanzaron el poder y pusieron en marcha su plan de gobierno. En un primer momento, Manuel Urrutia Lleó fue nombrado presidente, pero renunció a los seis meses por diferencias con Fidel Castro, quien fue primer ministro de 1959 a 1976 y luego presidente hasta 2008. Debe subrayarse que la Revolución cubana no se presentó en sus orígenes como socialista ni comunista, sino que fue mutando a partir de nacionalizaciones, expropiaciones y otras medidas.
Hoy se entiende por Revolución cubana al régimen comunista que, tras el fallecimiento y retiro de los líderes del Movimiento 26 de Julio, se mantiene vigente desde hace más de seis décadas.