Rúbrica es un concepto que tiene su origen en el vocablo latino rubrīca. El término puede hacer referencia al trazo que se realiza junto al nombre en una firma.
Por ejemplo: “La grafóloga convocada por los peritos analizó la rúbrica y aseguró que el acusado es un hombre intempestivo y violento”, “Mi rúbrica es difícil de falsificar ya que incluye varios garabatos”, “El jugador ya puso su firma y rúbrica en el contrato que lo ligará al equipo por otros tres años y que le permitirá recibir una suma millonaria”.
Rúbricas en libros
En los libros, las rúbricas son pasajes resaltados con tinta de color rojo.
Esto hace referencia a que en la antigüedad se acostumbrara usar este color para, por ejemplo, escribir los títulos del derecho romano y las máximas más importantes. Por eso hoy ciertas expresiones o secciones que, resaltadas, se escriben en rojo y se conocen como rúbricas.
El término en el catolicismo
Para el catolicismo, las rúbricas son las normas que regulan el desarrollo del oficio divino y de la liturgia. La acepción, una vez más, está relacionada con la costumbre de resaltar textos en color rojo: las reglas, en los libros litúrgicos, se escribían en dicha tonalidad, a la cual también se la describe como encarnada.
Las rúbricas de la religión católica se contienen en los breviarios, los rituales y los misales, todos textos que usan la letra encarnada para distinguirse de las demás oraciones; justamente estas reglas solían figurar en libros específicos: el Ordinario, el Ritual, el Directorio y el Ceremonial. Los misales escritos a mano, como los de las primeras impresiones, y los sacramentarios antiguos no poseen muchas rúbricas.
Historia de las rúbricas católicas
Un maestro de ceremonias (figura de la religión católica que debe hacerse cargo del altar, de las vestiduras y de todas las cuestiones que hacen a las normas de las celebraciones) llamado Bureardo, quien atendió a los papas Alejandro VI e Inocencio VIII en el siglo XV, es reconocido por haber sido la primera persona en establecer de manera extensa las ceremonias de la misa y su orden en el Pontifical editado en 1185 en Roma, así como en el Sacerdotal que se imprimió unos años más tarde.
Dichas rúbricas se combinaron con el ordinario de ciertos misales. El papa Pío V, por su parte, consiguió que las ordenaran y las organizaran, y desde ese momento figuran en los misales (para su observación durante la celebración de la misa), en los breviarios (para su uso a la hora de realizar el oficio divino y los rezos) y en los rituales (como guía para el momento en el cual se administran bendiciones o sacramentos).
Las rúbricas existen para que todos los ministros sigan las mismas reglas, de manera que su trabajo sea coherente con el del resto y no caigan en faltas que puedan dar una imagen poco adecuada o precisa de los preceptos de la Iglesia frente al pueblo.
El concepto en la docencia
En el ámbito de la docencia, las rúbricas también son preceptos, aunque, en este caso, orientados a las evaluaciones. La rúbrica es un conjunto de reglas que se emplea para evaluar el rendimiento de un estudiante y determinar su calificación. El objetivo de la rúbrica es que el proceso de evaluación sea claro y consistente, incrementando la justicia a la hora de calificar y de determinar la aprobación, o no, de una asignatura.
La rúbrica en la docencia puede aplicarse en tareas tales como la elaboración de ensayos, proyectos o artículos, así como en otro tipo de actividades que permitan la evaluación de su desempeño. Se trata de un concepto que tiene la finalidad de brindar a alumnos y maestros las mismas posibilidades de evaluar criterios objetivos y complejos, además de invitarlos a autoevaluarse, reflexionar y trabajar en equipo.