Simbiosis es un concepto que procede del griego y que puede traducirse como «medios de subsistencia». Para la biología, se trata de un vínculo asociativo desarrollado por ejemplares de distintas especies. El término se utiliza principalmente cuando los organismos involucrados (conocidos como simbiontes) obtienen un beneficio de esa existencia en común.
En concreto podemos establecer más específicamente que el origen etimológico del término que nos ocupa está en la palabra griega simbiosis, que está conformada por la unión del prefijo sin-, que significa «conjuntamente»; del vocablo bios que puede traducirse como «vida»; y del sufijo –osis que equivale a «impulso».
El experto Anton de Bary, oriundo de Alemania, es señalado como el responsable de acuñar este concepto en la década de 1870, en referencia al vínculo cercano entre organismos de distinta especie.
Qué es la simbiosis
La simbiosis, por lo tanto, es una clase de relación biológica interactiva que mantienen seres disimilares y que suele producir un resultado beneficioso para, por lo menos, uno de los participantes.
Se puede distinguir entre varios tipos de simbiosis. De acuerdo al vínculo espacial de los organismos, es posible hablar de endosimbiosis (cuando el simbionte se halla dentro de las células del anfitrión o en el espacio que existe entre éstas) o de ectosimbiosis (el simbionte reside sobre el cuerpo del anfitrión).
Diferentes grados de integración
La simbiosis puede desarrollarse con distintos grados de integración. En el menor grado, los simbiontes viven uno junto a otro y los dos se benefician de sus respectivas presencias. El grado más intenso de integración, en cambio, supone que la interacción deriva en un nuevo individuo a través de la transferencia genética.
No obstante, existen otras clasificaciones de simbiosis igualmente importantes. Así, por ejemplo, nos encontramos con aquella que establece que esta interacción de tipo biológico se puede tipificar en base a los perjuicios y beneficios que obtienen los participantes en la misma. Esto daría lugar a que habláramos de tres tipos de simbiosis:
Mutualismo. En este caso las dos especies se benefician claramente de la relación que se establece entre ambas lo que supone que vean mejorar su aptitud biológica. Como trueque de recursos, como una relación de tipo servicio y recurso natural o como dualidad servicio-servicio puede ser el citado mutualismo.
Comensalismo. Bajo dicho término se encuentra una interacción entre dos seres vivos en la que uno se beneficia del otro sin que este segundo se vea perjudicado en ningún momento. Un ejemplo es el de los buitres que se alimentan de los restos de las presas que son cazadas por felinos como las panteras o los tigres.
Parasitismo. Este tipo de simbiosis se caracteriza porque una de las especies que están en relación se ve perjudicada y la otra se beneficia. Un claro ejemplo de ello es el que se produce entre los parásitos que viven en el cuerpo del ser humano y el propio ser humano.
Simbiosis en el lenguaje cotidiano
En el lenguaje cotidiano, la noción de simbiosis se utiliza para nombrar a la mimetización de dos personas. La simbiosis surge a partir de una fuerte cercanía emocional o espiritual.
Por ejemplo: «Es asombrosa la simbiosis entre Marta y Amelia: hasta hablan de la misma forma», «No entiendo la simbiosis entre ustedes dos».