El vocablo griego synkopḗ llegó al latín tardío como syncŏpa. Ese es el antecedente etimológico más cercano del término síncopa, que tiene varios usos.
En música
En el terreno de la música, se llama síncopa a un nexo que se establece entre dos sonidos iguales: el primero se sitúa en la parte o tiempo débil del compás, mientras que el segundo se ubica en el tiempo fuerte.
La síncopa, por lo tanto, se inicia con un sonido en la parte débil que se prolonga en otro sonido, ahora sobre la parte fuerte. Si ambos tramos tienen la misma duración se trata de una síncopa regular; en cambio, si cuentan con distinta duración, se denomina síncopa irregular.
Construcción de la síncopa musical
Si bien la teoría es relativamente fácil de entender, en la práctica existen varias combinaciones posibles para construir una síncopa. Para ello es necesario, en primer lugar, contar con una base de teoría musical, aunque los músicos más dotados son capaces de intuir éste y otros conceptos por medio de sus habilidades naturales.
Recordemos que la síncopa altera, por así decirlo, el ritmo que esperamos encontrar en un compás, acentuando una nota que debería ser débil. ¿Cómo sabemos si estamos ante una parte fuerte o débil de un compás? A grandes rasgos, podemos decir que el compás, en sí mismo, es un conjunto de unidades de tiempo organizadas en partes acentuadas (o fuertes) y átonas (o débiles). Para saber qué configuración tiene cada uno, debemos prestar atención a la signatura, un símbolo o una fracción que indica cuántos pulsos contiene.
Sin adentrarnos más en esta parte de la teoría, podemos apoyarnos en el compás de cuatro cuartos (4/4), el cual se divide en cuatro figuras llamadas «negras»: la primera y la tercera son las fuertes, mientras que la segunda y la cuarta son las débiles. Para interiorizar esta dinámica, podemos dar palmadas a un ritmo constante, alternando una más intensa que la otra: TA ta TA ta. Si extendemos la duración de una nota débil por encima de una fuerte, acortando esta última, se produce un efecto de acentuación de la siguiente (una débil) que no se corresponde con el ritmo esperado.
Para prolongar una nota por sobre el tiempo siguiente se pueden usar puntillos (signos que se colocan a la derecha para indicar que la figura debe durar un 50 por ciento más) o ligaduras (vinculan dos figuras, indicando que el sonido no debe interrumpirse entre ellas). Otra posibilidad es aprovechar los silencios (figuras que indican al músico que no ejecute ningún sonido) para romper el ritmo y provocar la síncopa. Esto se puede lograr, por ejemplo, dividiendo la segunda y la tercera nota en dos, haciendo que sólo suenen en la segunda mitad, de manera que cuando llegue la cuarta se acentúe más de lo normal.
En lingüística
Para la lingüística, la síncopa consiste en eliminar un sonido de un vocablo. Dicho de otro modo, es un proceso que implica la supresión de fonemas de una palabra.
A lo largo de la historia, las síncopas han funcionado como un mecanismo evolutivo de los idiomas. Eso ocurrió con el paso de muchos términos del latín al castellano. En la actualidad, es habitual encontrar síncopas en el lenguaje coloquial: por ejemplo, cuando alguien dice “pesao” en lugar de “pesado”.
Las síncopas suelen usarse en letras de canciones para favorecer la rima. Así podemos hallar cantantes que utilizan palabras como “apretao” (por “apretado”) o “pegao” (por “pegado”).
Es importante mencionar que, en el marco de una lengua, la síncopa también puede dar lugar a nuevos vocablos. “Navidad”, por mencionar un caso, surgió con la pérdida de la sílaba “ti” de “natividad”.