El sistema digestivo es el grupo de órganos que interviene en la digestión de los alimentos. Estos órganos actúan desde el ingreso de la comida al cuerpo hasta su expulsión, encargándose del tratamiento necesario para completar el proceso que incluye la absorción de nutrientes.
Cabe destacar que el conjunto ordenado de elementos interrelacionados y que desarrollan interacciones entre sí recibe el nombre de sistema. Digestivo, por su parte, es aquello vinculado a la digestión (el proceso de digerir: transformar la comida en sustancias que el organismo puede asimilar).
Componentes y funcionamiento del sistema digestivo
A continuación se describen el funcionamiento y los componentes del sistema digestivo del ser humano, ya que en otras especies presenta ciertas diferencias, que pueden ser ligeras o considerables.
Puede decirse que el sistema digestivo se encarga de transportar la comida; segregar jugos que permiten descomponerla en unidades más simples; absorber los nutrientes; y excretar los desechos.
La comida ingresa por la boca, atraviesa la faringe y el esófago, llega al estómago, pasa al intestino delgado y finalmente arriba al intestino grueso. En este recorrido a través del sistema digestivo, actúan diversos jugos gástricos y sustancias.
Todo comienza en la boca, cuando introducimos un trozo de comida en su interior. Los dientes -con ayuda de la lengua- permiten triturar la comida, mientras la saliva comienza el proceso de formación del bolo alimenticio, el cual gracias a la peristalsis pasa por la faringe y el esófago hasta llegar al estómago, donde los movimientos musculares y el jugo gástrico contribuyen a que el mismo se transforme en el quimo. El proceso continúa en el intestino delgado, con la acción de los jugos pancreáticos y la bilis. Finalmente, la digestión se completa en el intestino grueso, cuyo tramo final se conoce como recto: en él se halla el ano, por donde se expulsan los restos de los alimentos que no se pueden digerir.
Sus capas
Desde un punto de vista histológico, o sea tomando en cuenta la estructura, la composición y las características de sus tejidos orgánicos, el sistema digestivo está formado por las siguientes cuatro capas, en este caso ordenadas desde el centro hacia el exterior:
- Capa mucosa: también conocida como capa interna, en ella es posible hallar glándulas que secretan cloruro de hidrógeno y moco, ciertos nódulos linfoides y vasos linfáticos. También posee una capa muscular interna (cuyo nombre científico es muscularis mucosae), la cual a su vez se compone de otras dos, una interna circular y otra externa longitudinal de músculo liso.
- Capa submucosa: se compone de tejido conectivo de tipo denso irregular fibroelástico. En ella se encuentra el denominado plexo submucoso de Meissner, el cual forma parte del sistema nervioso entérico y se encarga del control de la submucosa, de la secreción de las glándulas y, en mayor grado, de la motilidad (la capacidad de moverse de forma coordinada y compleja) de la mucosa.
- Capa muscular externa: del mismo modo que la muscularis mucosae, se compone de una capa interna circular y de una externa longitudinal de músculo liso, a excepción del esófago, en el cual hallamos músculo estriado. Su función principal es realizar los movimientos peristálticos para el desplazamiento del contenido por todo el tubo digestivo. Para su regulación cuenta con el plexo mientérico de Auerbach, que forma parte del sistema nervioso entérico.
- Capa adventicia o serosa: en este caso, cada nombre se aplica según la parte del tubo digestivo que se encargue de revestir. Si es intraperitoneal, se denomina serosa, mientras que si es retroperitoneal se llama adventicia. La primera se aprecia en la parte del tubo digestivo que ingresa al abdomen, mientras que la última presenta un tejido laxo y al final de su trayecto la remplaza el peritoneo.
El sistema digestivo y las dietas
El funcionamiento del sistema digestivo puede variar de acuerdo a la dieta. Hay alimentos que favorecen la digestión y otros que la dificultan. Asimismo, una persona puede tener alguna alergia o intolerancia, lo cual afecta el proceso digestivo y provoca distintos malestares.
Un nutricionista es el profesional que debe sugerir la dieta a seguir de acuerdo a las necesidades nutricionales del paciente. El gastroenterólogo, en tanto, es el médico que actúa ante enfermedades y trastornos del sistema digestivo.
A nivel general puede decirse que lo ideal es llevar una dieta balanceada. Así, a través del consumo de distintas clases de alimentos en las cantidades apropiadas, se le proporciona al organismo los nutrientes necesarios (proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales, etc.) para su buen funcionamiento. En este marco suele recomendarse la dieta mediterránea, que incluye un consumo elevado de verduras, frutas, legumbres y cereales, apelando al aceite de oliva como la grasa más importante.
Hay individuos que, más allá de lo nutricional, eligen cómo alimentarse según sus principios y valores. En este sentido se destaca la dieta vegana, que prescinde de alimentos de origen animal.
Quienes padecen intolerancia al gluten o enfermedad celíaca, por otro lado, deben evitar el consumo de esta proteína. Así, una dieta sin gluten no puede incluir trigo, avena, cebada ni centeno. La intolerancia lactosa, por su parte, requiere eludir los lácteos.
Enfermedades y trastornos
Es importante considerar que el sistema digestivo puede padecer múltiples enfermedades y trastornos. Una persona puede sufrir desde reflujo gastroesofágico hasta una úlcera péptica, pasando por diversos tipos de cáncer (cáncer de estómago, cáncer de colon o cáncer de recto, entre otros).
El síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la hepatitis, la cirrosis hepática, los cálculos biliares, la gastritis y la apendicitis son otras afecciones que se vinculan, de distinta manera, al sistema digestivo. El sujeto también puede padecer inconvenientes vinculados a la defecación, como estreñimiento, diarrea o hemorroides.
Las infecciones intestinales, la diverticulitis, la hernia hiatal y la úlcera duodenal, asimismo, forman parte del amplio grupo de males que se relacionan con el sistema digestivo.