Una palabra es sobreesdrújula cuando su acento prosódico recae en una sílaba precedente a la antepenúltima. El término también puede ser calificado como sobresdrújulo (con una sola E) o como superproparoxítono.
Acento ortográfico o tilde
Antes de continuar, es importante tener en cuenta que el acento prosódico es un relieve o una intensificación de la pronunciación. Según las reglas de la ortografía, el acento en algunos contextos se convierte también en un signo ortográfico (una tilde) que señala esta particularidad fonética.
En el idioma castellano, las palabras sobreesdrújulas siempre llevan tilde. El acento, en todos estos casos, se encuentra en una sílaba que antecede a la antepenúltima: esto quiere decir que, luego del acento, hay al menos otras tres sílabas.
Algunos ejemplos
“Regálaselo” es un ejemplo de palabra sobreesdrújula. Este vocablo se divide en cinco sílabas (re/gá/la/se/lo) y el acento aparece en la segunda (gá), a la cual le siguen tres sílabas más (la/se/lo): “Si no te gustó el vestido, regálaselo a tu hermana”, “¿Ya has leído este libro? ¡Regálaselo a Juan!”, “Por favor, toma este pastel y regálaselo a tu niño”.
Tomemos el caso de “espontáneamente”. Se trata de una palabra sobreesdrújula heptasílaba debido a que tiene siete sílabas: es/pon/tá/ne/a/men/te. El acento se sitúa en la tercera sílaba (tá). Cabe resaltar que en esta noción hay un hiato (e/a): “Al observar al joven caído en medio de la avenida, decenas de transeúntes comenzaron a gritar espontáneamente”, “No sé cómo volvió a funcionar la máquina, pareciera que se arregló espontáneamente ya que nadie la tocó”, “El testigo decidió presentarse espontáneamente ante el juez”.
Otra palabra sobreesdrújula que solemos usar con mucha frecuencia en la vida cotidiana es «cómodamente». Así como el ejemplo anterior, estamos frente a un adverbio y detrás de su tipo de palabra se esconde la razón por la cual ambas llevan acento ortográfico. Si nos remitimos a los adjetivos de los cuales surgen, «espontánea» y «cómoda», notaremos que los dos se escriben con tilde y que son esdrújulas. Pues al convertirlos en adverbios, las reglas de la lengua nos exigen que mantengamos el acento ortográfico.
Veamos un verbo más, para relacionarlo con el primer ejemplo: «rompiéndoselo». Si bien su terminación es igual, se trata de conjugaciones diferentes: «regálaselo» pertenece al imperativo, ya que da una orden o sugerencia al interlocutor, mientras que éste es el gerundio del verbo «romper» más los pronombres personales «se» (que corresponde a «le») y «lo», para hacer referencia al objeto indirecto y al directo, respectivamente. En contexto, podríamos decir «Cuando entré a buscar el trencito de Ana, su hermano estaba rompiéndoselo».
Confusiones
Debemos reconocer que la acentuación en nuestro idioma no es especialmente difícil de aprender, ya que contamos con reglas y excepciones que nos ayudan. Sin embargo, fuera del ámbito estudiantil comenzamos a perder la costumbre de prestar atención a las cuestiones técnicas y dependemos cada vez más de los programas informáticos para corregir nuestros escritos, de manera que las confusiones afloran.
Las palabras sobreesdrújulas son raras si las comparamos con los otros tres tipos (agudas, graves y esdrújulas), ya que no aparecen con tanta frecuencia y tampoco una estructura sólida en cuanto a la ubicación del acento. Sin embargo, también hay reglas que nos pueden ayudar a escribirlas correctamente. Volviendo al caso de los adverbios terminados en mente, por ejemplo, sabemos que solamente deben llevar tilde si en su forma adjetiva también lo llevan.
Luego existen ciertas palabras que, por determinadas razones, muchos escribimos con el acento en la sílaba incorrecta. Tal es el caso de «regímenes», el plural de «régimen». Dada su ubicación en el singular, existe una tendencia a escribir «régimenes», una palabra inexistente en nuestra lengua, que en principio tiene la acentuación propia de una sobreesdrújula.